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Primera | Espanyol

Un cerrojo charrúa

Central con experiencia en la selección uruguaya y en la Copa Libertadores, su personalidad le dio la capitanía de Nacional de Montevideo, en donde logró un tricampeonato. Bueno en el juego aéreo, no es rápido en corto pero tiene jerarquía atrás. Llega al Betis en su primera aventura en Europa y ya jugó dos partidos con Uruguay en el último Mundial.

Actualizado a
<B>EXPERIENCIA</B>. Sus buenas actuaciones lo lanzaron a la Selección uruguaya. Ahora, tendrá que demostrar su jerarquía en el Betis de Víctor Fernández.

Algunos sitúan a Alejandro Lembo como sucesor de Paolo Montero, el central más importante que dio Uruguay en los últimos tiempos. Me suena exagerado, pero sí es verdad que Lembo lo tiene casi todo para rendir en Europa. Temperamento, personalidad, potencia y sencillez con la pelota, cuatro virtudes importantes para un defensa central. Con el balón se complica poco, consciente de sus limitaciones. Le cuesta sacar la pelota bien jugada, pero es poderoso en el juego aéreo y ya tiene una importante cuota de experiencia en Copa Libertadores y en la selección absoluta. E incluso tiene buen disparo, hasta el punto de que ha marcado algún gol de libre directo. Un central de buenas garantías Alejandro Lembo, que un día tuvo un pie en Italia pero volvió a Montevideo y ha sido pieza clave en las distintas etapas recientes del fútbol uruguayo.

Antes de que triunfase en Nacional y de que dirigiese desde la defensa a los juveniles uruguayos subcampeones Sub-20 del Mundial de Malasia 97, Lembo ya había presentado su candidatura a central importante. Hincha reconocido del entrañable Danubio, nació en Montevideo el 15 de febrero de 1978 y muy joven empezó a soñar con algo grande en los juveniles del equipo de sus amores. Pero en Danubio duró poco, y su carrera cambiaría con su marcha a Bella Vista. El equipo papal (se les conoce así por sus colores amarillo y blanco en honor a la bandera del Vaticano) le ofreció una propuesta imposible de rechazar.

Ascenso. Al primer año ya lograron el ascenso en un equipo con Diego Alonso, Giacomazzi o Berbia como figuras principales. Un Bella Vista de futuro, que no defraudaría. Con Lembo en el centro de la defensa, Bella Vista no solo se clasificó para la Liguilla Prelibertadores sino incluso eliminó a Peñarol, en una sorpresa histórica. La carrera de Lembo estaba ya lanzada. En el Mundial Sub-20 de Malasia 97 había sido titular, y desde el centro de la defensa equilibró una selección que sólo cayó en la final ante Argentina. Un equipo sin tantos jugadores estrella como selecciones juveniles posteriores, y en la que Lembo, Olivera, Zalayeta y Pablo García fueron lo más destacado. Su etapa en Bella Vista se cerró con los cuartos de final de la Copa Libertadores y unos últimos partidos en Primera junto al ex jugador del Albacete José Luis Salazar y Diego Alonso como figuras principales. Ya tenía la experiencia necesaria para un grande, con la Copa América 99 en su currículum y alguna oferta del fútbol italiano en el aire. Catapultado por Víctor Púa como principal recambio de Paolo Montero, ya con la absoluta Lembo fue subcampeón de América en Paraguay 99 de nuevo como caudillo de la defensa.

Entre los grandes. Tuvo un pie en Peñarol pero acabó en Nacional, donde se ganaría pronto a la hinchada por su personalidad. Si hubiese preferido Peñarol solo lo sabe él, pero el traspaso se frustró por culpa del presidente carbonero Damiani. Al final Nacional se llevó a Lembo, que se convirtió en uno de los ejes de los últimos años. Primero con Hugo de León y después con Carreño como técnicos jamás perdió el sitio, y si no jugó todos los partidos fue por distintas sanciones. Expulsado justo en el partido en que Nacional le ganó el título del Apertura 2000 a Peñarol, dejó a su equipo con un hombre menos para desesperación de su hinchada. Llegó a pertenecer al Parma, pero no jugó un solo partido, y ahora tiene su primera gran oportunidad en Europa. Poco antes de salir de Uruguay fue elegido tercer mejor futbolista de Suramérica, por delante incluso del entonces jugador de River D’Alessandro. Un reconocimiento merecido, al que sólo aspiran los suramericanos que juegan en el continente. Ya no optará más al premio, pero en cuanto se consolide en el Betis descubriremos en Lembo un central de garantías.

LO QUE APORTARÁ

Temperamento

Lo tiene y lo transmite partido tras partido. Manda atrás, lidera la línea defensiva y podría jugar de mediocentro, pero no es su sitio porque le falta velocidad en corto como recuperador. Prefiere jugar como central por la derecha y es sencillo con la pelota.

Juego aéreo

Una de sus cualidades que le mejoran como defensor. En ataque suele subir en jugadas a balón parado. Incluso puede lanzar libres directos, lo hizo a menudo en su etapa de Bella Vista con bastante éxito. Pero en el Betis lo tendrá mucho más difícil.