Reencuentro con la victoria en Cornellà

Del mismo modo que un científico manipula sus tubos de ensayo en busca de extrañas fórmulas, Javier Clemente dispuso ayer en Cornellà de un equipo totalmente inédito. El Espanyol, no obstante, se reencontró con la victoria tras la infructuosa gira portuguesa. Aun así, lo de ayer fue un choque de trámite, ni siquiera una piedra de toque para probar sistemas, ya que hasta ocho de los jugadores que tuvieron minutos pertenecen al filial. El Cornellà, recién ascendido a Tercera, aguantó bien el tipo y logró un digno resultado.

El primer tiempo no tuvo un claro dominador, si bien el conjunto de Juan Toribio dispuso de la primera llegada clara, una internada por banda derecha que la zaga blanquiazul despejó sin problemas. El peloteo del centro del campo, por cierto de césped artificial, fue la tónica que dominó estos aburridos 45 minutos. El estreno del Espanyol ante la portería rival se hizo esperar y llegó rozando la media hora, en un lanzamiento de falta que ejecutó Óscar y detuvo Pociello, el joven portero cedido por la entidad perica. En una de las pocas ocasiones en que los de Clemente superaron la presión de los locales llegó el gol de Moisés Hurtado, tras un balón parado. Álex Fernández sirvió una falta en el vértice derecho del área y el canterano peinó a la red, casi a bocajarro.

La reanudación sirvió para abrir el juego y para que aparecieran combinaciones, inéditas en el primer acto. Sin embargo, el peligro españolista tuvo que esperar al minuto 73, en una jugada individual de Sergio Postigo, un ariete de altos vuelos. Tras este lance, Gorka evitó el empate y siguieron transcurriendo los minutos hasta que Álex dio la puntilla a pase de Postigo, que fue de lo mejorcito del encuentro. Después, sin tiempo para más, Cholo consiguió el gol del honor, un tanto que hizo justicia al juego local.

Clemente, tras el partido, comentó que "todos lo han hecho bastante bien. Me ha servido para conocer mejor a los futbolistas del filial".