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Primera | Espanyol 2 - Villarreal 2

El gol de Toni y el error de Angelito

Se fue la temporada del sufrimiento. Los aficionados del equipo se fueron con un sabor agridulce. El gol de Velamazán les levantó la moral.

El gol de Velamazán les levantó la moral.

Nada más comenzar la segunda mitad, Javier Clemente ordenó a Toni Velamazán que forzara en su calentamiento. Después de una temporada muy complicada, estaba cerca de disputar su partido cien en Liga con el Espanyol. Un lujo. Un logro para un jugador que entró en un oscuro túnel el día de Reyes de 2002. La Rosaleda fue el escenario que vio caer en picado la trayectoria de un jugador que se crió en La Masia, gustó en Extremadura y se consolidó en Montjuïc.

El de ayer, por lo tanto, era uno de los días más esperados por el jugador. La afición aplaudió la salida del jugador, cuando sustituyó a Roger, pero le aclamó cuando remató, de cabeza, un buen centro de Ángel Morales, que fue silbado por parte de la grada. Con su gol, el centrocampista diestro rompió una sequía anotadora que hacía mucho tiempo que duraba. Dijo adiós a los miedos y a los temores. Ésos que parece que quedarán en el recuerdo, después de la trágica y festiva tarde de Málaga.

Otra historia del partido fue la de Morales. No acaba de entenderse la actitud de nadie. La grada por silbarle, y la de Ángel por encararse a la grada. El centrocampista, que se disculpó nada más acabar el partido, es honrado. Ha jugado en todos las posiciones. Los tres entrenadores que ha tenido el equipo esta temporada lo han hecho jugar, y eso quiere decir algo. La temporada acabó en Montjuïc, y sería muy triste que después de tanto sufrimiento, la grada se quedase con un momento en el que una de las mejores personas del vestuario perdió los nervios. Fin de curso. Borrón y cuenta nueva.