Sainz tendrá que ganarse los galones

Que Sainz se ha subido a un coche ganador es evidente, porque Citroën ha copado el prestigioso podio de Montecarlo. Que Citroën ha contratado a un grandísimo piloto también lo es, porque no hay piloto que obtenga tantos buenos resultados en Montecarlo como Sainz en las últimas quince ediciones. Interesante este matrimonio entre Citroën y Sainz, interesante el duelo entre Citroën y Peugeot (la marca ganadora de los tres últimos Mundiales), que se han retado pese a pertenecer al mismo grupo, e interesante este Mundial en el que compiten seis campeones mundiales.

Una vez que Citroën ha dejado claro que sus coches son tan buenos como los demás —si lo son más es algo que se verá al término de la temporada—, a Sainz le corresponde demostrar que es tan bueno como sus compañeros de equipo, que todos llevan el mismo coche. De momento se ha quedado ahí, a un suspiro de McRae. Valen las excusas de que fue el último en llegar a la escudería y, por tanto, es el que menos compenetrado está con el coche, o sea, que está muy bien, aunque también de algo le valdría su experiencia en Montecarlo, que se lo conoce de memoria y donde es muy raro que falle.

Citroën estará, desde luego, contentísimo con Sainz, pues a él le correspondió defender el histórico triplete, pero a nosotros nos gustaría verle como jefe de equipo, no para defender unos puntos que aseguraran a la marca el título. Mas esto no ha hecho más que empezar y no ha empezado mal, la verdad, aunque Sainz tendrá que ganarse los galones y eso no será fácil. Él gana el 14,4% de las carreras que disputa y McRae, su compañero de equipo, el 19,2%, más que ningún otro piloto de cuantos corren el Mundial. Y encima Loeb (11,1% de victorias) ha empezado fuerte y es de la casa.