Carlos Sainz se sube a un coche ganador

Mejor hubiera sido posible, pero por poco. Debut de Carlos Sainz como piloto de Citroën y podio para el madrileño. Un meritorio tercer puesto que completó el éxito de la marca francesa en el Rally de Montecarlo, con sus pilotos Loeb y McRae en las dos primeras posiciones. La cosa pinta bien.

Y eso que el mítico Col de Turini le jugó una mala pasada al bicampeón español. Nada más coronarlo en la primera pasada de la mañana, se le rompió el rodamiento de la rueda trasera izquierda, que arrancó el disco y la pastilla del freno. Tuvo que hacer la bajada y el siguiente tramo con frenos en sólo tres ruedas y con la cuarta dando tumbos.

Sus dos compañeros de equipo se equivocaron de neumáticos. Montaron clavos, que fueron muy bien para un Turini lleno de hielo y nieve, pero que de nada valían para la segunda especial. De no ser por la avería, Carlos habría acabado por delante de Colin McRae. Aunque lo peor fue que el Ford de Markko Martin le adelantó y tuvo que recuperar en un final de infarto.

Al final todo quedó en su sitio, con los tres Xsara capitaneados por el héroe local Sebastien Loeb copando el podio más importante del año, el de mayor repercusión. Citroën ha apostado fuerte y a la primera ha demostrado su acierto. Sólo Alpine Renault en 1973 con Jean Claude Andruet, Ove Andersson y Jean Pierre Nicolas, y Lancia en 1989 con Miki Biasion, Didier Auriol y Bruno Saby han conseguido un triplete en el inmejorable marco monegasco.

La cruz de la moneda fue Peugeot, que otra vez se quedaba con la miel en los labios en su rally maldito. Y casi peor que la derrota es que sus primos en el Grupo PSA hayan sido los triunfadores. Pero los del león siguen siendo los máximos favoritos, aunque los de los chevrones ya han dejado claras sus intenciones. El duelo está servido y un año más Carlos Sainz está en la pomada.