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Fútbol Sala | Juicio

Piden dos años de prisión para un portero por lesionar a un rival

A consecuencia de la patada, Javier Otero sufrió fractura de la tibia y el peroné de su pierna derecha. El árbitro suspendió el partido.

Un fiscal del juzgado de Lugo solicitó una pena de dos años de prisión y el pago de una indemnización de 7.152 euros a José Manuel Paz López, portero de fútbol sala, al que acusó de haber lesionado gravemente de una patada a un rival.

A consecuencia de la patada, Javier Otero Lodeiro sufrió la fractura de la tibia y el peroné de su pierna derecha. A raíz del percance el árbitro, que no se presentó a declarar en el juicio, suspendió el partido.

Los hechos ocurrieron el 21 de marzo de 2001 en el último minuto de un partido de aficionados que se disputaba en la localidad lucense de Vilalba entre los equipos "Cervecería McCallister" y "Pub Xuntiños" cuando este último ganaba por 2-1.

La acusación particular pidió para el guardameta del "McCallister" la pena de un año de prisión y el pago de una indemnización de 10.756 euros.

No quería hacer daño

El abogado de la defensa rechazó los hechos que se le imputan a su patrocinado y solicitó la libre absolución del portero.

En la vista oral que se desarrolló en un Juzgado de Lugo en la jornada del jueves, tanto la Fiscalía como la acusación particular pusieron de relieve que hubo intencionalidad en la acción del portero, extremo que negó Paz López.

El supuesto agresor dijo que salió con la intención de despejar el balón y que no quería hacer daño al contrario.

El jugador de campo, sin embargo, señaló en el juicio que el guardameta fue a por él, que le golpeó con las plantas de los pies y que ve intencionalidad en el hecho de que con una de las piernas en alto no se puede llegar a tocar el balón a ras de suelo.

Actitud indiferente del agresor

En el proceso, que quedó visto para sentencia, el Ministerio Fiscal pidió a los jueces que calificaran de dolo en primer y segundo grado los hechos, alegando intencionalidad y la actitud indiferente del agresor, que en ningún momento se disculpó.

"Fue a cazarlo y, además, no hubo arrepentimiento", dijo por su parte la acusación particular, mientras la defensa explicó que aunque la entrada fue "fuerte", se trató de "un lance del juego".