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Golf | Open Telefónica de Madrid

Westwood inicia el Abierto con una jornada magistral

Se quedó con siete bajo par a sólo un golpe del récord del campo.

Actualizado a
<B>DÍA PERFECTO</b>. Fue un día perfecto para jugar al golf, sin viento y con la lluvia esperando para otro día.
carlos martínez

El Abierto de Madrid de golf ya está en marcha y, tras la jornada inaugural, el líder provisional es Lee Westwood, uno de los cuatro ganadores de la Ryder aquí presentes y al que la compañía de Sergio García en dicho torneo le sirvió para despertar del letargo en el que se encontraba esta temporada. El inglés firmó una espléndida tarjeta de 64 golpes, 7 bajo par, y se quedó a uno del récord del campo, aunque de haberlo superado no se hubiera computado como nuevo récord porque en esta ocasión se permitió a los jugadores colocar bola en calle.

Presenciar de cerca a los mejores jugadores del circuito europeo es un placer, a la vez que un consuelo, porque aunque ayer hubo un marciano sobre el campo, Westwood, casi todos lo demás demostraron en momentos puntuales que son capaces de cometer fallos como los de cualquier aficionado en su partido dominguero. Vamos, que son humanos.

Así quedó reflejado cuando Paul McGinley, otro de los ganadores de Belfry y con aires en su rostro entre Millán el de Martes y 13 y Mr. Bean, cogió una madera para buscar en su segundo golpe el green de su hoyo 13 (empezó en el 10) y dio un topazo. Su compañero de partido, Miguel Ángel Jiménez, se giró y dijo a quienes le escuchaban: "¿Os habéis dado cuenta? También somos humanos, menudo capón acaba de dar". Lo que pasa es que son unos humanos a veces geniales y, con un magnífico tercer golpe, McGinley puso la bola a buen recaudo para salvar el par.

Los mejores españoles de la jornada fueron Diego Borrego y Carlos Balmaseda, clasificados en undécima posición con -4. La gran decepción de los quince españoles que soñaban con el título fue Carlos Rodiles. Acabó el 115º con +5 y ya no tiene opciones.

Hoyo en uno

Soren Hansen logró un hoyo en uno en el 11, un par 3 de 192 metros, y lo hizo sin que la bola rodara o, dicho coloquialmente, entró a cholón. El danés se llevó una alegría que habría sido aún mayor de conseguir ese albatros en el 9 (par 3 de 162 m.). En él hay premio para quien lo haga: una cama valorada en 9.000 euros.