Dani amenaza a un Zaragoza en crisis

Aquella tarde de noviembre es una de las más nubosas y llenas de lluvia que se recuerdan en Sevilla. Heliópolis estaba repleta de recelos, porque el Betis de Juande había pasado de ser líder a entrar en una dinámica perdedora que incluía caer ante el Celta, empatar en casa con el Villarreal, sucumbir 3-0 en el Camp Nou... y la noche de Halloween. La meteorología de aquel día puso algo más de intriga, y terror, a un partido que casi acaba de hundir a los verdiblancos cuando (0-1) el Zaragoza se llevó los tres puntos de un campo que no había conocido la derrota todavía. Y en medio de tanta tristeza bética, un debut. Aquella tarde que salvó o, más bien, prolongó la agonía de Chechu Rojo, jugaba sus primeros minutos en las filas locales un chico imberbe y desgarbado, nervioso y luchador, un delantero que no consiguió salvar a su equipo de caer ante los zaragocistas: Dani.

Ha pasado una vuelta. El Betis y Dani han cambiado mucho. Halloween, y tal vez aquella derrota, despertaron de la crisis a los béticos para confirmarlos como alternativa válida al reparto por la Champions. Y el Betis es tercero gracias, entre otras cosas, a Dani, que ya lleva cuatro goles.

El Betis ha cambiado mucho. El Zaragoza, no. A pesar de mover el banquillo (Costa por Rojo) y recuperar a su último gran goleador, Milosevic. Crisis era y sigue siendo palabra familiar para un equipo que, a falta de nueve jornadas, pelea por no meterse en el agujero negro del descenso. Una victoria esta tarde ayudaría, sí. Una derrota encumbraría un poco más al Betis y a su nuevo goleador, Dani. Si marca esta tarde, se convertirá en el máximo goleador de su equipo. Quien lo hubiera dicho hace una vuelta.