Presidencia sin focos

No deben llamar la atención excesivamente las reflexiones de Gonzalo Antón al comunicar su predisposición a dejar la presidencia del Deportivo Alavés. Quienes conocen a este empresario saben que siempre ha huido de los focos y de las primeras líneas en el campo de batalla. Antón es, ante todo, un gestor. Le gusta actuar en la sombra, sin brillo. Por eso no le desagradaría encontrar alguna alternativa a corto plazo. Lo que sucede es que este dirigente controla el 65% de las acciones del club, y sólo tiene dos posibilidades para escapar del cargo. Una de ellas sería la venta de su paquete, algo harto improbable. Le apetece más que alguna persona de su confianza ocupe la presidencia para dedicarse él a otros menesteres.

Cuando Gonzalo Antón entró en la directiva del Deportivo Alavés, el histórico Juan Arregi era el número uno. Gonzalo fue el brazo ejecutor de la gestión de éste, recogió un club con 450 millones de pesetas de deuda y esta temporada ha presentado un presupuesto de 4.200 millones. La entidad está saneada. La contratación de todos los ejecutivos que le rodean en la directiva, y especialmente las figuras de su vicepresidente y testaferro, Paco Liberal, y del director general, Miguel Ángel Pascual, le han aliviado en gran parte la carga. Pero, en el fondo, lo que le gustaría es dejar ésta definitivamente en la cuneta.