El equipo crea afición

Hace diez años, media Vitoria era del Real Madrid. La otra mitad sentía los colores del Athletic, la Real Sociedad o el Barcelona. Ser del Alavés olía un poco a rancio. El equipo vagaba por la Tercera División sin pena ni gloria, y los localismos quedaban saciados con un Baskonia de baloncesto emergente.

Paradójicamente, hace una década Álava era la única provincia de España que no tenía una peña del Real Madrid. La gente vivía sus filias y fobias al margen de grupos organizados de aficionados. Las cosas han cambiado, y ahora Vitoria cuenta con dos peñas merengues e incluso ya han experimentado procesos como el de una escisión, traumática pero símbolo de madurez. Como la vida misma.

Lo que ocurre ahora es que los hijos de aquellos madridistas, culés, athleticos o realistas, son del Alavés. Y ya no van con camisetas blancas, blaugranas, rojiblancas o blanquiazules. Bueno, blanquiazules sí, pero del Alavés. Ese es el milagro. Además, hablar de camisetas blanquiazules es una temeridad, ya que las del conjunto de Gonzalo Antón también son naranjas, del Ajax o del Boca. Pero todas tienen algo en común: cerca del corazón está el emblema del Alavés. Sea como fuere, el Real Madrid no estará sólo en Mendizorroza y la fiesta será un síntoma de normalización entre dos clubes históricos.