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Primera Real Madrid

Los hechos llevan al 4-4-2

Makelele y Flavio se enredan sin carrilero izquierdo | Zidane no recibe, toca y llega | Urge recuperar el olfato goleador

Actualizado a

El Real Madrid está en un proceso de transformación obligado por la presencia de Zidane. Seguramente el francés no era el jugador que a Del Bosque le urgía contratar, pero tampoco ningún técnico inteligente rechazaría enriquecer su plantilla con un futbolista de sus cualidades. Así, ahora la clave está en armonizar el dibujo tradicional del equipo blanco utilizado con éxito la pasada campaña (4-2-3-1) con la inclusión de un jugador bisagra indiscutible en la alineación.

Este cambio de piel no se ha culminado en la pretemporada y el juego es deshilvanado y sin personalidad. El debate está abierto: conviene seguir ajustándolo o hay que dar un giro brusco.

Hay al menos tres puntos de fricción en el mecanismo. Todos ellos derivan de la inclusión de Zidane y es posible que terminen por obligar a Del Bosque a variar su táctica 4-2-3-1 por un tradicional 4-4-2. Los hechos y los resultados dictarán sentencia en este sentido, salvo que algunos jugadores sean capaces de cambiar de mentalidad y trabajar más por el equipo.

Makelele y Flavio están sufriendo como doble pivote, ahogados por detrás de Zidane. A la vez, se están duplicando en una tarea inusual, cubriendo el carril izquierdo, que les trae de cabeza. Y, por si fuera poco, la visita del Málaga ha dejado al descubierto que Hierro no está a día de hoy para quedarse solo ante delanteros de alta velocidad. Todo ello con la guinda de un equipo que ha perdido gol, cuando la pasada temporada destacó por su capacidad realizadora.

Excesivos problemas que Del Bosque está obligado a solucionar ya mismo. Los hechos están obligando al Madrid a jugar con Zidane y otro pivote (Makelele, Flavio o Helguera, en su día) para formar una línea de cuatro, por detrás de dos delanteros naturales que busquen el gol.