Comenzó la Revuelta

Será una gran Vuelta, no una carrera de todo a cien. Porque tiene buena pinta, porque se puede encender un cigarrillo con la tensión que hay entre los directores españoles, por los mil favoritos. Ayer ganó un forastero, David Millar, tipo de alcurnia. Los cuchillos volaban por detrás.

El primer candidato en mostrarse ha sido Santiago Botero, colombiano con pinta de sueco que se quedó a un segundo del primer líder. Un aviso, porque Botero es un ciclista capaz de ganar la Vuelta (y más) a poco que se lo crea. Por cierto, no estuvo entre los elegidos por TVE para presentar la carrera. Ceguera televisiva, primero, y victimismo del Kelme después, un equipo demasiado bueno para hacer pucheros.

Tras la exhibición de Botero y el buen rendimiento de Sevilla (+35), Belda, que es el chulo que castiga, ya ha habla del "tridente mellado de la ONCE". Lo dicho, Chicago años 20. Aunque es verdad que se esperaba más del superequipo de Manolo Sainz, es pronto para lanzar piedras (el efecto boomerang, ya saben). Igor (+17) y Beloki (+23) están en la pomada y sólo Abraham Olano (+31) se encuentra claramente por debajo de sus posibilidades (¿siempre lo ha estado?).

Más favoritos. Heras (+46) sobrevive al acecho, aunque su reino no es de este mundo, más o menos lo que le sucede al ibanesto.com. Casero también se esconde, al igual que Zülle, Escartín, los euslkalteles y los extranjeros, que los hay.

También hubo sangre, porque esto es ciclismo y te caes en el asfalto. En este deporte no hay esplendorosas praderas en las que rebozarse y no se dan palmaditas en los glúteos. Marcos Serrano se fue al suelo en un curva peligrosa y llegó a meta con la clavícula hecha trizas, aunque le dolía más la moral.

Empezó la carrera, y Enrique Franco, que es como el pianista en medio del tiroteo, ya tiene un brazo en cabestrillo. Quería una gran Vuelta y le ha salido una gran Revuelta. Enhorabuena, porque esto es mucho más divertido.