PARÍS 2024 | SALTOS | DOMENICO RINALDI
“Vamos a por un partido que antes ni jugábamos”
Con el doble de saltadores que en Tokio, los medallistas mundiales García Boissier y Abadía, y la juventud de Carvajal y Antolino, el director técnico explica en AS el “cambio de mentalidad” de los saltos.
Un siglo exacto después de que los pioneros Toni Tort, Francisco Ortiz y Santi Ulió (éste con 14 años) estrenaran en París 1924 la participación española, el área de saltos de la Real Federación Española de Natación regresa a la capital francesa en el momento más dulce de su historia. Porque nunca antes venía de colgarse una medalla, como sucedió en febrero con el bronce mundial de Nico García Boissier y Adrián Abadía, quienes este viernes debutan en el Centro Acuático (11:00). Y porque no es casual: la disciplina ha experimentado un avance meteórico con la llegada, en este ciclo, de Domenico Rinaldi como director técnico y de Arturo Miranda como entrenador de alto rendimiento.
“No me esperaba los resultados que hemos logrado”, admite Rinaldi en conversación con AS, tras ese bronce en los Mundiales de Doha y, más recientemente, los tres oros y otras tantas platas en los Europeos de Belgrado. “Era un ciclo olímpico un poco difícil porque empezó a finales de 2021 y en febrero de este año, en los Mundiales, teníamos ya la última oportunidad de ir a los Juegos”, rememora. “Lo realmente importante era tener un equipo y poder ir a un Mundial para ver cuál era el puesto real de España”, apunta.
Ausente en Rio 2016 en pleno relevo generacional, para Tokio 2020 tan sólo se clasificaron García Boissier, que repite, y Alberto Arévalo. Y a los Mundiales de Budapest 2022 únicamente acudieron tres saltadores, todos masculinos y en trampolín de tres metros. “No había plataformistas, ni otros sincronizados, sólo dos de las ocho pruebas olímpicas estaban representadas. No había experiencia internacional ni de cómo entrenarse. Lo que me interesaba era que compitiéramos en todas las pruebas, sin importar el puesto, para poder empezar a trabajar. Estamos cambiando muchas cosas”, advierte Rinaldi.
Y entre esas mejoras está la centralización de los saltos en un complejo nacional en Madrid, la creación de un gimnasio y la suma de más figuras profesionales en el equipo de apoyo. “Cuando un deporte es pequeño, tienes una mentalidad pequeña. Salir de eso cuesta. Estamos tratando de aportar un cambio de mentalidad: creernos que podemos hacer los saltos más difíciles, que podemos enfrentarnos con todos. Si perdemos, perdemos, pero vamos a por el partido, porque antes ni se jugaba. Y así se verá qué podemos hacer para ganar la próxima vez”, resume el italiano, que fue olímpico en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, y que como técnico ha concurrido en otros seis Juegos.
La táctica del podio con García Boissier y Abadía
Esa mentalidad la demostraron ya en Doha García Boissier y Abadía, lo que les confiere unas ciertas opciones de podio en París con sus sincronizados desde el trampolín de tres metros. “Técnicamente, no tenemos nada que perder, porque sobre el papel hay tres equipos mucho más fuertes: China, Inglaterra y México. Después estamos Francia, Italia y nosotros, que vamos a luchar por la cuarta, quinta y sexta posición. Veo a Estados Unidos y Ucrania un poco por debajo”, sintetiza Rinaldi.
“Si vamos al cien por cien para competir y falla alguno de arriba, nosotros estaremos ahí. No tenemos muchísima dificultad en los saltos, así que debemos ser perfectos, no fallar nada y esperar qué hacen los otros. Si nos ponemos cuartos o quintos y alguien falla, lo tendremos. No vamos para quedar octavos, eso no, sino para acercarnos el máximo posible a la zona de medallas”, zanja.
La recuperación mental de Carvajal
Desde la plataforma individual femenina competirá una jovencísima Ana Carvajal, de 17 años, que se clasificó ya el año pasado a través de los Mundiales de Fukuoka. “Ana es talento puro, es muy brillante. Llevamos un año luchando junto a una joven, menor de edad, que se ha reencontrado ganando el Europeo. Debe acumular experiencia, tenemos tiempo”, incide Rinaldi. “Hemos invertido un año para recuperarla mentalmente, para que se lo crea. Ahora va todo mejor”, recalca.
Antolino, una plataformista que es “la mejor” en trampolín
Y en trampolín accedió a los Juegos, mediante los Trials celebrados en mayo, una Valeria Antolino que llevaba tiempo sin saltar desde esos tres metros. “Cuando llegué a la Federación, Valeria era la mejor de España en trampolín, era lo único que saltaba”, evoca el director técnico de los saltos, quien abunda: “Pero viendo su físico tuve claro que ella era plataformista, que si puede ganar una medalla internacional importante será en plataforma. Durante dos años se centró ahí y, pese a sus buenos resultados, no le dio para los Juegos. Así que desde febrero hasta mayo, cuando eran los Trials, la recuperamos para el trampolín. Y lo logró”, se congratula.
“Están todos preparados, súper motivados. Eso no me preocupa. La experiencia olímpica se tiene que vivir, es única, una vez se ha hecho, el deportista cambia, ya afronta con mucha más tranquilidad unos Mundiales, Europeos u otros Juegos, porque ha hecho lo más grande que se puede conseguir, ser olímpico”, señala alguien tan versado en la materia como un Domenico Rinaldi que, en el caso de Carvajal, Antolino y Abadía, quienes no superan los 22 años, piensa en clave de futuro.
“En Los Ángeles 2028 tendremos saltadores con una gran experiencia internacional, para estar en finales olímpicas o más incluso. Será algo fantástico”, anticipa, teniendo claro que el proyecto aún va más allá. “Después de París tenemos que hacernos fuertes en la base para crear una rueda”, cierra.
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