PARÍS 2024 | CICLISMO EN PISTA
Una dura caída frena a Torres y Mora en el caos de la madison
El menorquín, que se fue al suelo a 28 vueltas del final, y el valenciano quedan octavos en la prueba. Hasta la mitad, fueron podio.
A 28 vueltas del final, las opciones se desvanecieron. Encogiendo el corazón de los presentes, Albert Torres, formando dupla con su inseparable Sebastián Mora, se iba al suelo en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines de forma muy dura. Magullado, con heridas en la cara y el maillot y el casco rotos, el español se levantaba y discutía con los jueces, que no le dejaban volver a la carrera por el golpe en la cabeza, que activaba el protocolo. No lo entendía. Se quejaba. Y las medallas, finalmente para Portugal, Italia y Dinamarca, se escapaban. “Estaban para ello...”, lamentaba luego el seleccionador, Félix García Casas. Este sábado, GoTorresGoMora, incansable dupla del ciclismo en pista español, el de Joan Llaneras, fueron octavos, diploma, en la madison de los Juegos de París tras haber soñado con el podio que ya se les escapó en Tokio (fueron sextos). La mala fortuna y el caos, mucho, les separaron de unos metales que, por momentos, tuvieron en sus manos.
Desde el principio, anticipando la locura, en el velódromo parisino, todo entró en ebullición. Sin aire acondicionado, como es habitual, el sudor brotaba tanto en las gradas, sin hueco para nadie más (6.000 espectadores), como en la pista, donde todo pasó muy rápido. El ciclismo en pista, como el ciclismo en general, ha evolucionado mucho en los últimos años. Más preparación, más tecnología, más vatios... más velocidad. A más de 60 km/h de media. Por ello, Torres y Mora, con las ruedas hinchadas de experiencia, decidieron cambiar su estrategia.
La madison consta de 50 kilómetros en los que las parejas de cada país se van dando relevos con el objetivo de puntuar tanto en los veinte esprints intermedios, cada diez vueltas (5 puntos para los ganadores), como ganando una vuelta (20 puntos). Tradicionalmente, Torres y Mora habían buscado cosechar a lo grande, sin quemarse en los primeros compases de la prueba e intentando doblar cuando sintieran las piernas para ello; esta vez, con las altas velocidades que se manejan, la táctica era empezar a sumar desde el principio, en todos los esprints que fuera posible.
Posición de podio en el ecuador
Con esa consigna, los españoles empezaron a bailar en una carrera muy agresiva desde el principio, en la que los austriacos Raphael Kokas y Maximilian Schmidbauer, con el descaro de sus 19 y 22 años, decidieron marcar el ritmo. La dupla de noveles, fuera del radar de la mayoría, se llevó el primer esprint y ganó vuelta de forma seguida. Un aviso a navegantes, también una muerte anunciada para ellos, en un inicio accidentado, con la primera (de muchas) caída del día y los favoritos, poco a poco, sacando la cabeza. Entre ellos, estaban los italianos Simone Consonni y Elia Viviani, de renombre en la carretera, que se estrenaron en la tercera vuelta, o los portugueses Rui Oliveira y Iuri Leitao, también profesionales de la ruta, que sumaban tanto en la cuarta como en la quinta... con los cinco puntos del primer puesto para la dupla española. La estrategia era acertada.
A 124 vueltas para el final, con siete de los veinte esprints completados, Torres y Mora se colocaban en primera posición con 11 puntos. En el ecuador de la prueba, se mantenían en posiciones de podio, que se empezaba a encarecer. Por aquel entonces, Italia, constante en la suma de puntos (40 entonces), y los daneses Niklas Larsen y Michael Moerkoev (32) habían ganado una vuelta. Los números uno del ranking, los neozelandeses Aaron Gate y Campbell Stewart, por su parte, amenazaban por detrás, reclamando su sitio. En los dos siguientes esprints, dejaban atrás a una España que se atascaba y veían pasar por delante a los japoneses Shansuke Inamura y Kazushige Kuboki, que ganaban vuelta para plantar un muro en la lucha por las tres primeras posiciones.
Torres y Mora, apurando sus opciones, volvieron a sumar en el 14º esprint, que les dejaba quintos, con 15 puntos y a 13 de unas medallas bien protegidas por Italia (42), Dinamarca (37) y Japón (28), todos con vuelta extra. Nueva Zelanda (20) era el puente hacia un podio que se complicaba, pero que aún estaba a tiro. Hasta esa caída. “Albert (fue cuarto en omnium, a cuatro puntos del bronce) llegaba en el mejor momento de su carrera y Mora le estaba siguiendo a la perfección. El golpe es más moral que físico. Nadie contaba con nosotros y teníamos la medalla ahí...”, seguía lamentándose García Casas, al borde de las lágrimas. Entonces, Portugal (55), que emergía con un final brutal, Italia (47) y Dinamarca (41), muy firmes a lo largo de toda la prueba, confirmaron su podio y España, sin metales en pista desde Pekín 2008, seguía con su mala fortuna.