Un español sella en el hospital su pase con Francia a los Juegos
Rafael Fente Damers, de padre madrileño y que se entrena en la capital, representará al país vecino en los 100 libre de París 2024 a sus 17 años. Durante su festejó, se dislocó un hombro.
Tan sólo siete publicaciones adornan sus redes sociales y, sin embargo, ya se ha apresurado a añadir en su biografía que está clasificado para los Juegos Olímpicos de París 2024. Y tiene sólo 17 años. Por su edad, ya merecería unas líneas. Pero hay más. Mucho más. Lo siguiente es que el nadador en cuestión es español, posee la nacionalidad. Pero compite por Francia. Y lo último, que en plena celebración por su billete a los Juegos se retorció de dolor, hasta el punto de que acabó en el hospital.
Se trata de Rafael Fente Damers, de padre español y madre francesa, nacido en Estados Unidos y prácticamente un nómada por medio mundo a causa de las obligaciones laborales de su progenitor, a quien la federación gala convenció antes de que la española le tentase para ser su representante. De hecho, ahora mismo vive en Madrid y se entrena en el SEK, al que ha representado en competiciones de la Real Federación Española de Natación.
Como el Campeonato de España por federaciones autonómicas del pasado enero, en que ganó los 100 metros libre de la categoría júnior (50.13) por delante precisamente de otro jovencísimo nadador que ha trazado el camino inverso, de Francia a España: Luca Hoek (50.66). O como el Open de Invierno que se celebró en febrero en Sabadell, donde fue segundo entre los absolutos (48.86), tan sólo superado por un Sergio de Celis que en esa final batía justamente el récord de España (48.34). Incluso en mayo disputó el Campeonato Júnior de Verano en el M86 de la capital española.
Pero, tras despuntar el año pasado en el Europeo júnior, con un bronce en los 100 libre (49.72), Fente se decidió el año pasado por Francia, y también pertenece a los Annecy Dauphins, cuyos colores está luciendo esta semana en los Trials que se celebran en Chartres, con Léon Marchand como principal polo de atracción. Y, sin embargo, este pasado martes por la noche era el joven velocista quien acaparaba todas las miradas.
En primera instancia, porque rebajó la mínima olímpica y acabó segundo en los 100 libre –con Maxime Grousset (47.33) como único capaz de superarle–, estableciendo además el récord del país por edad en 48.14. Y después, por los gestos de dolor aún en el agua y porque el propio Grousset tuvo que ayudarle, cual socorrista, a salir de la piscina.
La causa es que al golpear Fente el agua con su brazo izquierdo, para celebrar con rabia su clasificación para los Juegos, se dislocó el hombro. Un detalle no menor, ya que tuvo que comparecer en el podio con un visible cabestrillo y posteriormente tuvo que ser trasladado a un hospital para descartar alguna lesión mayor.
El futuro del joven nadador, aparte lógicamente de París 2024, pasa por Estados Unidos. Por Bob Bowman, el gran mentor de Michael Phelps y ahora de Marchand, que le entrenará a partir del curso 2025-26 en la universidad de Texas, aunque hasta entonces estará en manos del entrenador jefe de la natación francesa, Denis Auguin, y de Vanessa Brouard, la madre del también olímpico, y campeón europeo, Yohann Ndoye-Brouard. Y, por supuesto, al lado de su familia, mitad gala, mitad española.
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