PARÍS 2024 | CEREMONIA DE CLAUSURA
Testigo a lo ‘Misión Imposible’: ‘Au revoir, París; hello LA’
Tom Cruise ejerce de estrella mundial para simular en la Clausura un pase de testigo olímpico muy cinematográfico entre ambas ciudades.
‘Au revoir, Paris; hello, LA’. La 33ª edición de los Juegos Olímpicos ya es historia; la 34ª será en la ciudad que nunca duerme. Con míticos lugares como Beverly Hills, Rodeo Drive, Hollywood Boulevard... Pero antes de pensar en la meca del cine tocaba despedir la bella postal de la capital francesa; esa que ha albergado unos Juegos Olímpicos que han sido un rotundo éxito de asistencia con todas las sedes llenas hasta la bandera en cualquier sesión. Por eso, la Clausura debía englobar todo lo mencionado, un regalo para los sentidos con 71.500 expectantes aficionados en las gradas del Stade de France coronado con un enorme lazo en formas de estrellas internacionales de la música. Del lado de la ciudad que despide, cantantes como Zaho de Sagazan, Yseult, Benjamin Bernheim, Air, Angèle o Phoenix; de la que acoge, otros más extraterrestres como Billie Eilish, Red Hot Chili Peppers, Snoop Dog o H.E.R.
Actuaciones que salpimentaron ‘Records’, nombre que juega con el doble sentido entre el francés (increíbles actuaciones) y el inglés (grabación), un espectáculo distópico, que combina y entremezcla un mundo maravilloso con otro apocalíptico. Diseñado por Damien Gabriac y dirigido por Thomas Jolly junto a su equipo artístico de más de dos centenares de acróbatas, bailarines y artistas circenses en un escenario de 2.400 m2.
Brillo y oscuridad, universalidad y fragilidad, en la historia del viajero interestelar que descubre los restos de los Juegos Olímpicos en un futuro lejano donde habrán desaparecido, y se compromete a reconstruirlos. Con el B-boy francés Arthur Cadre, hijo de una exjugadora de la selección francesa de voleibol y de un windsurfista que compitió en Seúl 1988, como hilo conductor mientras los gigantescos decorados, 1.040 proyectores y efectos de luz acunaban a los espectadores en un viaje entre el pasado y el futuro, con frecuentes alusiones de la antigüedad griega, germen de los Juegos Olímpicos modernos. Todo acompañado por la Orquesta Divertimento y la Maîtrise de Fontainebleau dirigida por Zahia Ziouani, y una voz en off que guiaba de forma somera el relato.
Antes de la parte escénica, el ídolo francés Léon Marchand (cuatro oros y un bronce en París 2024) apagó el fuego olímpico en el Jardín de las Tullerías, se desarrolló el desfile de países que contó con los atletas Jordan Díaz (oro en triple) y María Pérez (oro en la maratón del relevo mixto de marcha junto a Álvaro Martín, y plata individual en 20 km) como abanderados del estandarte español. Cerca de 45 minutos para rendir homenaje a las 205 delegaciones, con alrededor de 3.000 deportistas que han participado en el escenario del fastuoso estadio de Saint Denis y que han hecho vibrar, reír, llorar, emocionar, enfadar, ilusionar, gritar, sentir... a más de 1.500 millones de personas en todo el mundo.
El testigo estaba dado una vez que Tony Estanguet (presidente del comité organizador) y Thomas Bach (presidente del COI), acompañados por varias leyendas olímpicas (el francés Teddy Riner, el keniano Eliud Kipchoge, el cubano Mijain López, la china Sun Yingsha, la australiana Emma McKeon y la deportista del Equipo de Refugiados Cindy Ngamba), dieron sus discursos y la alcaldesa de Los Ángeles recibiera la bandera olímpica de manos de Anne Hidalgo, su homónima de París.
Y de la sobriedad francesa se pasó a la explosión de la luz y el show business estadounidense. Himno en la voz de H.E.R., ganadora de cinco Premios Grammy, y sobre todo la irrupción de uno de sus grandes embajadores, el actor Tom Cruise (62 años). Bajó volando enganchado por un arnés del techo del Stade de France para recoger el emblema de los cinco aros olímpicos, se subió en una moto y el héroe de la saga cinematográfica ‘Misión Imposible’ salió del estadio para tras recorrer las calles de París recrear una de sus peligrosas escenas de acción lanzándose de un avión para llevar la bandera olímpica hasta el ‘tuneado’ letrero de Hollywood. Todo bajo los acordes de los californianos Red Hot Chili Peppers que actuaban desde Venice Beach, y dieron paso en el mismo lugar a Billie Eilish. Con otro héroe, de la piscina en su caso, el francés Marchand en el escenario y la maravillosa voz de Yseult cantando el ‘My way’ de Frank Sinatra se completaba la entrega del testigo. París 2024 es historia; ‘Welcome LA 2028′.