PARÍS 2024 | GOLF
Rahm se reconcilia con los Juegos
El español, baja de última hora por COVID en Tokio, coge sitio arriba con un -4. Lidera el japonés Matsuyama en -8. Puig, -2.
A Tokio llegó como número uno del mundo, con el US Open, su primer grande, fresco en la mochila. Eran sus Juegos, ‘condenado’ casi de forma irremediable a contribuir al medallero español, hasta que un positivo en COVID de última hora le apartó de la pugna. Tres años después desembarcó en París con algún asterisco, desplazado al décimo puesto del ranking por la ausencia de puntos en el LIV, convertido en una figura polarizadora tras su marcha a la superliga saudí seducido por un cheque de nueve cifras y la posibilidad, en sus propias palabras, de remozar el panorama del golf profesional, sin victorias hasta hace unos días en la que era la peor temporada, por resultados, de su carrera. Pero las X de la ecuación, si quedaba alguna tras esa revitalizadora victoria del domingo pasado en Reino Unido, quedaron despejadas este jueves. Arrancó el torneo masculino olímpico y Jon Rahm fue Jon Rahm. Ni mucho menos una medalla segura, porque eso no existe, pero un candidato firme a pelearla tras cerrar los primeros 18 hoyos en 67 golpes (-4).
Ni muy cerca ni muy lejos del japonés Hideki Matsuyama, campeón del Masters en 2021, que marcó la pauta con -8 en Le Golf National. Un campo que ya goza de un pedigrí considerable, escenario del Open de Francia ininterrumpidamente desde 2002 y de la Ryder Cup de 2018. La del debut de Rahmbo, la de su primera victoria con Europa, la del triunfo ante Tiger Woods en los individuales del domingo. Un campo que amaneció en condiciones idóneas, el sol en lo alto, el viento ausente y las calles y los greenes, generosos en amplitud, blanditos. Solo amenazaba el agua, la principal defensa de este diseño que suele producir campeones en los dobles dígitos. Todo apunta a que los medallistas estarán en esos guarismos.
Jon tuvo que tirar de pericia alrededor del green en un primer hoyo accidentado. Salvó el par y cogió impulso con un 3 en el tercer segmento, el primer par 5 del día. Los hoyos largos estaban en su debe esta temporada. Hasta este jueves. Los jugó en -5, porque después frenó una pequeña hemorragia, bogeys al 7 y 8, con un birdie en el 9, y en el 14 jugó una madera soberbia que aterrizó a tres metros y medio de la bandera, el mismo golpe que había ejecutado Matsuyama, quizá el mejor del mundo con ese palo en las manos, horas antes.
De ahí salió otro eagle, que entroncaba con sus birdies en el 12 (un chip de escándalo) y el 13. Estaba encendido, y seguramente por eso buscó una bandera trampa, de riesgo/recompensa, en el par 3 del 16. Su bola abrió mucho y encontró el agua. Le cayó el doble bogey, corregido parcialmente acto seguido, antes de que la amenaza de aparato eléctrico obligara a parar durante algo más de media hora. En la reanudación remató la vuelta con un par para la sexta plaza. Mientras David Puig, que había embocado cinco birdies por los once primeros, opositando a ser el mejor español de la jornada, se desinflaba con tres bogeys entre el 13 y el 18 y cerraba en -2.
A la vera de Rahm caminó el defensor del oro, Xander Schauffele, la mejor tarjeta del otro Dream Team estadounidense, ese que conforma junto a Scottie Scheffler, el número uno del mundo, Collin Morikawa y Wyndham Clark. Siete majors entre los cuatro. El mejor en Tokio fue también el mejor de los americanos en el primer asalto en París. Abrochó un 65 (-6), siete birdies y un bogey, que confirma que le ha arrebatado a su paisano Scheffler (-4) la primera plana del golf mundial en un año en el que ha conquistado PGA y British Open, sus dos primeros grandes, en un espacio de dos meses. Entre el resto de ‘gallos’ destacaron el chileno Niemann, el jugador del año en el LIV, que arrancó con un -5 como el coreano Tom Kim. El norirlandés (aunque esta semana compita bajo bandera de la República) Rory McIlroy cerró en -3 y el bronce de hace tres años, el taiwanés CT Pan, firmó un -2.
“Estoy recuperando la forma”
“Pintaba muy bien la temporada en junio, cuando me tuve que retirar en Houston y el US Open por el pie. Ahora estoy recuperando esa forma, con tres semanas muy buenas, cierto cansancio siendo la cuarta, pero con motivación para acabar bien aquí. Si no llueve más y sube el viento... si el campo sigue así, hay que hacer pocos golpes para ganar. Están los mejores del mundo. Entre -15 y -20 tendría que servir, pero el campo tiene que cambiar bastante y a algunos nos gustaría verlo más difícil”, comentó Rahm de una puesta en escena de Le Golf National que sorprendió por poco desafiante.