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PARÍS 2024 | INAUGURACIÓN

París es Nadal

Rafa fue protagonista en la Ceremonia al recoger la antorcha de manos de Zidane. La exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Rinner encienden el fuego olímpico.

París
Rafael Nadal.
STEPHANIE LECOCQAFP

París ya es una fiesta. Una fiesta olímpica, pasada por agua, que reúne a los que vuelan más alto, corren más rápido, son más fuertes y que bien podría narrar también Ernest Hemingway, el viejo reportero aficionado al boxeo que fue “pobre pero muy feliz” con su primera esposa, Hadley Richardson, en la capital francesa en el siglo pasado. Una ciudad tan deslumbrante se propuso asombrar al mundo, llevar los Juegos a otra dimensión, al corazón de la urbe más fotografiada del mundo y qué mejor que enseñar a los deportistas todos sus encantos desde el Sena. Qué mejor que sacar la Ceremonia de Inauguración del estadio por primera vez en la historia aunque los bombas sigan cayendo sobre Kiev o Gaza y el terrorismo amenazara con quebrar los sueños de 10.500 deportistas antes de comenzar a competir. Eso no ocurrió. Primer gran éxito. Quizá la medalla más importante a la que pudieron asistir 1.500 millones de telespectadores, que disfrutaron de un espectáculo coral que exprimió el icónico lienzo que París ofrece en cada monumento o emplazamiento histórico.

Con la torre Eiffel de fondo, se iza la bandera olímpica en la plaza del Trocadero durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
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FRANCOIS-XAVIER MARITAFP

Las bellas artes tuvieron su espacio destacado: pintura, arquitectura, escultura, artes escénicas... con un momento muy especial y emocionante para homenajear a la mujer en los Juegos de la paridad. Con los acordes de La Marsellesa y frente a la Asamblea Nacional se fueron descubriendo estatuas que rindieron tributo a diez mujeres claves en la historia de Francia. Sector femenino que también tuvo un papel estelar en las actuaciones musicales con Lady Gaga, en un guiño al Cabaret, Aya Nakamura Juliette Armanet o Céline Dion, como figuras vocales, o la actuación de la DJ Barbara Butch, icono LGBT, que hicieron las delicias de los asistentes con 120 jefes de Estado, incluyendo a los Reyes de España, Felipe VI y doña Letizia. que disfrutaron en la grada ataviados con chubasqueros para protegerse de la incómoda lluvia. También se vio felices a Thomas Bach (presidente del COI) y Enmanuel Macron, presidente del país organizador.

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Ezra Shawvia REUTERS

Pese a que apareció la lluvia en la ceremonia (lo que alguien definió como “el secreto mejor guardado de París”), que incomodó, aunque no lo suficiente como para echar por tierra un trabajo de años. Un desfile de 85 barcazas navegando a 9 km/h que portaron a 205 delegaciones, 320.000 espectadores en las orillas, 20.000 personas movilizadas implicadas en la ceremonia, 170 cámaras para no perder detalle, 71 pantallas gigantes, 50.000 policías desplegados con el apoyo de 18.000 militares, 1.800 trajes para figurantes, 2.000 artistas implicados en 12 ‘cuadros’ artísticos frente a Notre Dame, Los Inválidos, el Grand Palais, el Louvre o la Plaza de la Concordia.

Teddy Riner y Marie-José Perec encienden el fuego.
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Teddy Riner y Marie-José Perec encienden el fuego.LUIS TATOAFP

Faltaba la guinda, el misterio que sólo sabían un puñado de personas (según el presidente del Comité Organizador Tony Estanguet), pocas horas antes de que el mundo lo descubriera: quién o quiénes encenderían el pebetero que mantenga el fuego olímpico vivo hasta el domingo 11 de agosto. En ese momento histórico, de máxima emoción, surgió la figura de Rafa Nadal cobrando un enorme protagonismo. De manos de Zidane, como pasó con la Copa de los Mosqueteros en su primer Roland Garros en 2005, recibió la antorcha y junto a Carl Lewis, Serena Williams y Nadia Comaneci puso rumbo hacia el Jardín de las Tullerías donde el fuego olímpico descansará cada noche de los Juegos. El rey de la tierra batida, 14 victorias en la Philippe Chatrier, merecía un homenaje así de su torneo. Nadal dio el testigo a Amelie Mauresmo y la extenista francesa precedió a otras estrellas como Renaud Lavillenie, Michael Guigou, Laure Manadou, Tony Parker.. para que al final la exatleta Marie-José Pérec y el judoca Teddy Riner, tres oros olímpicos cada uno, encendieran el fuego olímpico

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