Gabriel: “Para Sudán del Sur esto es más grande que el baloncesto”
Es uno de los países más jóvenes y pobres del mundo, pero estará en los Juegos por méritos propios. “Somos un grupo de refugiados que hace un esfuerzo para pelear ante los mejores del mundo”.
Sudán del Sur se estrena en unos Juegos Olímpicos tras lograr ser, en el pasado Mundial de Filipinas, la mejor selección africana. Un gran éxito para un país que contaba con solo doce años de historia (el 9 de julio de 2011 logró su independencia después de que el gobierno sudanés aceptara la división del país tras años de guerra) y que hace unos días tuvo a Estados Unidos contra las cuerdas en uno de los amistosos previos a su debut olímpico (101-100).
La proeza cobra incluso más mérito si se tiene en cuenta que es uno de los países más pobres del mundo (el séptimo con un PIB por habitante de 518 euros) y que se estrenó hace muy poco en el baloncesto profesional. Disputó el Afrobasket de 2021 (acabó séptima), fue 17ª gracias a sus triunfos ante China, Filipinas y Angola y este año participará en sus primeros Juegos.
Un viaje acelerado e impulsado por Luol Deng, que asumió la presidencia de la federación con el objetivo de poner a Sudán del Sur en los mapas del baloncesto. Él sabía que allí había talento pero que, sin recursos, la mayoría de jugadores terminarían haciéndolo para otros países, como le ocurrió a él, internacional con Gran Bretaña. “Las personas de Sudán del Sur siempre han representado otros países o la bandera de los refugiados. Pero este es el comienzo de Sudán del Sur: nuestra presentación al mundo”, dijo el ex de Chicago Bulls tras la clasificación olímpica.
“No tenemos ningún pabellón cubierto en todo el país”
Wenyen Gabriel, el próximo curso en el Maccabi tras una carrera NBA que le ha llevado por Los Ángeles (Clippers y Lakers), Memphis, Portland, Brooklyn y Nueva Orleans, hace hincapié en lo importante que es poder representar a su país. “Mucha gente, en todas parte del mundo, no sabe nada sobre Sudán del Sur y nosotros pudimos representarlo con orgullo, aguantar una dura batalla y mostrar a toda esa gente el potencial de nuestro país. El corazón que mostramos, la dedicación... hacen que nos hayamos ganado el respeto”, comentaba tras el encuentro en Londres ante Estados Unidos.
Gabriel explica también las limitaciones que hay en Sudán del Sur y cómo, gracias a las oportunidades en el exterior, se ha podido forjar un equipo que competirá en los Juegos. “No tenemos ningún pabellón cubierto en nuestro país. Somos un grupo de refugiados que nos reunimos algunas semanas durante el año, que hacemos un esfuerzo para jugar contra algunos de los mejores jugadores de la historia. Para nosotros esto es más grande que el baloncesto, el mostrarle a la gente que podemos competir y que entiendan que el baloncesto en África tiene futuro”.
Una cuna de talento pero que, por ahora, ha necesitado las ayudas externas para poder pulir a estas nuevas estrellas. “Es solo cuestión de tiempo que nazca una nueva generación. Hay mil millones de personas en el país que no son diferentes a cualquiera de nosotros. Y nosotros hemos podido representar a nuestro país y llegar a este nivel en base a las oportunidades que hemos tenido. Yo crecí en Estados Unidos, muchos de nosotros lo hicieron en Australia, alguno en Canadá...”. Y todos ellos debutarán en los Juegos el próximo domingo 28 ante Puerto Rico.
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