Oro del tirano del 110 vallas con Llopis a... 0.11 de plata y bronce
Grant Holloway suma un nuevo éxito lleva sin perder un gran evento internacional desde Tokio 2020. Fantástica actuación del español que rozó el podio.
Era el indiscutible favorito al triunfo en los 100 vallas de París 2024. Y Grant Holloway (26 años) no falló. En el tartán morado del Stade de France, el estadounidense no tuvo rival, pese a no sacar su máimo potencial. No le hizo falta. Oro con 12.99. Lejos de su 12.81 que le coloca segundo (también tiene la cuarta con 12.86) en la cima histórica a una centésima del récord mundial de su compatriota Aries Merrit (12.80, en 2012), Holloway tiene la plusmarca universal de 60 vallas, la distancia de la velocidad bajo techo, tras correr en 7.29 en el polideportivo Gallur de Madrid en 2021.
Tras el prodigio estadounidense, una dura batalla. Con Quique Llopis metido de lleno. Ante los mejores del mundo. Peleando de tú a tú. En la semifinal, únicamente claudicó ante el rey Holloway. En la final se quedó cerca de repetir hazaña. Sin embargo, Daniel Roberts, compatriota de Grant; y el jamaicano Rasheed Broadbell también le derrotaron. Tras unos segundos de emoción ya que en el marcador electrónico los tres, más el japonés Muratake, aparecían con revisión de photo finish. Era una ilusión. Eran dos diferentes; una por la plata, la otra por la cuarta plaza. Puesto que ocupó finalmente el valenciano de 23 años con 13.20... a once centésimas de la plata y el bronce. Tercer español que de forma consecutiva ha peleado en una final olímpica: Orlando Ortega, plata en Río 2016; Asier Martínez, 6º en Tokio 2020; Quique, 4º en París 2024.
El gigante de Gandía (1,86, 77 kilos) crece y crece. En 2024 ha hecho las diez mejores marcas de su vida. Empezó en 13.30 y ahora está en 13.09, tiempo con el que se proclamó campeón de España en La Nucía. El íntimo amigo de Asier Martínez (“el atletismo nos debe una final en la que no nos ocurran cosas y podamos celebrar juntos”), que dejó el fútbol cansado de ver a padres insultando desde la grada, ha demostrado en París que forma parte de la máxima élite mundial de su prueba, esa en la que casi se deja la vida el pasado año en los Europeos de Estambul.
En 2024 ha sido 4º en el Mundial indoor en Glasgow 2024 (60 metros), subcampeón de Europa en Roma 2024 y 4º en los Juegos Olímpicos de París. Espectacular. Y su progresión seguirá adelante porque cuenta con una técnica excelente por encima de la valla. La ataca desde muy lejos, lo que le permite que la pierna que sube flexionada al frente tenga menor ángulo para evitar un despegue muy vertical. Es una de las grandes características que distinguen a Holloway, que se come las vallas sin perder tiempo al caer. Si Quique mejorar el tiempo entre vallas pronto estará flirteando con bajar de 13 segundos. “Ahora mismo este cuarto puesto no lo veo tan positivo como seguramente debería. Me he visto capaz de luchar por las medallas y por eso me sabe a poco. Creo que es bueno que tenga esa sensación porque significa que tengo hambre y volveré a luchar por más”, decía en zona mixta.
REY DEL 110 VALLAS... Y DEL BURRITO
Con el oro olímpico ya en el cuello, Holloway suma tres años sin conocer la derrota en un gran evento internacional. Oro en los Mundiales de Eugene 2022 y Budapest 2023, y oro en las citas planetarias en pista cubierta de Belgrado 2022 y Glasgow 2024. Desde que el jamaicano Hansle Parchment se lo arrebató en Tokio 2020, nadie le ha derrotado cuando el mundo del atletismo se reúne. Un dominio tirano basado en las tres ‘P’: “La práctica hace la permanencia, y la permanencia hace el papel. Si haces las tres ‘P’ todos los días, no te preguntarás por qué estás en la cima del mundo: simplemente lo haces”, cuenta a ‘GQ’.
Holloway, practicante pertinaz del pilates y con la acupuntura y la quiropráctica en su rutina, se considera su “peor crítico”. Con una gigantesca confianza en sí mismo, aunque no peca de soberbia, basa su avance continuo en la actitud positiva, alejando todo lo que puede los pensamientos negativos de su mente. El corpulento velocista (1,88 y 86 kilos) que reside en Florida, y que se fue a los obstáculos “porque era rápido, pero no el más rápido”, tiene una alimentación ‘peculiar’: su desayuno habitual consiste en tres huevos revueltos con sal, pavo, pan y un batido de chocolate diluido con agua. Después de entrenar, devora ‘comida basura’ con el burrito con doble de pollo y arroz, salsa barbacoa y una ensalada de maíz, tomate, lechuga y queso como elección predilecta. La otra opción es verle disfrutar de hamburguesas, nuggets y patatas fritas. Si son de la marca del rey con corona, mucho mejor. Y bebe vino, le encanta. Un tipo especial.