Madrugón para un bronce

Los Hispanos terminan los Juegos como los empezaron. Con madrugón (9:00 horas) y ante el mismo rival contra el que debutaron (y ganaron 25-22), Eslovenia Sólo han cambiado el escenario, París por Lille. El viaje ha sido un tobogán de emociones. Los altibajos de la primera fase, el estruendo final de Aleix Gómez contra Croacia que dio el paso a los cruces y evitar a Dinamarca; y el memorable partido de cuartos, prórroga incluida, contra Egipto. Todo, hasta que salió cruz este viernes en el Pierre Mauroy ante Alemania.

Rebotada del muro histórico de las semifinales, España vuelve a jugar por quinta vez un partido por el bronce en los Juegos. Históricamente, los Hispanos siempre tuvieron el coraje de unirse y levantarse. Ganaron las cuatro anteriores (Atlanta, Sidney, Pekín y Tokio). Esta vez, sin embargo, hay cierta incertidumbre sobre la respuesta que puedan ofrecer. Los jugadores se vieron muy cerca de la final después de sostener a Alemania y ponerse por delante en el último tramo. “Era esta”, se lamentaba Pérez de Vargas. El portero, afectadísimo, estaba obligado a ser este sábado uno de los primeros en ponerse en pie y, junto a las otras vacas sagradas del vestuario, prepararlas para limpiar la cabeza, madrugar de lo lindo (sobre las 6.00 horas, incluso algo antes, tocarán diana) y salir a dar todo lo que queda después de un ms largo de concentración que, al menos, merece llevarse una chapa a casa.

España no es la única que está tocada. Eslovenia tuvo el último tiro para empatarle a la todopoderosa Dinamarca y luchó hasta la extenuación por llegar a la final. Su descanso entre partidos se reducirá a 34 horas. Es posible que su alma esté menos herida que la española, todos tienen un sueño por cumplir: ganar su primera medalla olímpica. Son precisamente los que ganaron el bronce en Tokio (Corrales, Pérez de Vargas, Alex Dujshebaev, Maqueda y Aleix Gómez) quienes deben tirar de los jóvenes y hacerles entender el privilegio que supone llevarse una chapa. España conoce los peligros de Eslovenia. Blaz Jane, jugador del Barça y compañero de Aleix, Pérez de Vargas y Javi Rodríguez, es uno de los ellos. Pero también otro ex blaugrana, Jure Dolenec. Y Tolen Koldrin (Gummersbach) o Aleks Vlah (Aalborg). “El premio es muy grande”, admitía Pérez de Vargas pese a la decepción del viernes. Ese es el espíritu.