Los tapados y las “frescas” de la canoa apuntan alto
Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez, que dejaron fuera a los campeones mundiales de C2 500 en el selectivo, directos a semifinales. Antía Jácome y María Corbera, también.
Joan Antoni Moreno (Pollensa, 24 años) y Diego Domínguez (Madrid, 21) anunciaron, en el canal de Vaires-sur-Maine, que pueden ser los tapados del piragüismo en París. Aunque se destaparon en mayo pasado, en una carrera caníbal en la Copa del Mundo de Szeged en la que dejaron fuera de los Juegos a Pablo Martínez y Tano García, campeones mundiales en C2 500, la distancia en la que hoy se metieron directos en semifinales (jueves, 11:20 con la final a las 13:30) en una regata brutal en la que los chinos Hao Liu y Bowen Ji batieron el récord olímpico (1:37.40)… y ellos también (1:37.78).
Los dos hablan con la alegre ingenuidad que les da el ser debutantes. Y una forma insultante. “Tenemos la ilusión de los pequeños, y con esa ilusión se hacen también grandes cosas. Y el sueño va a ser más grande de lo que pensamos, porque este barco anda”, advierte Domínguez. El año pasado, el madrileño hacía pareja con su hermano Noel y Moreno con Adrián Sieiro. Se quedaron fuera de las competiciones internacionales y decidieron juntarse: campeones mundiales Sub-23. Así que Domínguez hizo el petate desde Galicia para trasladarse a Mallorca con el grupo de Kiko Martín y Sete Benavides. Y dieron un salto.
“Como el objetivo se cumplió hace tres meses, ahora toca disfrutar sin presión, dice Moreno. “Nos propusimos hacer algo épico en 2024, clasificarnos para los Juegos en categoría absoluta en un país como España, con tanto nivel. Era un reto ambicioso. Y aún tenemos un puntito que dar”, abrocha.
“Todo el mundo nos dice que somos las más frescas”, sonríe también Antía Jácome (Pontevedra, 24 años) después de clasificar directas, midiendo el esfuerzo, con María Corbera (Madrid, 32) para las semifinales del C2 500 (viernes a las 10:40 con final a las 12:50) en una serie en la que las canadienses Sloan McKenzie y Katie Vincent (1:54.16) hicieron récord olímpico por delante de las españolas (1:55.63), que no gastaron energía pensando también en el C1 200. La gallega y la madrileña, que se unieron contra la idea de que dos zurdas juntas no funcionarían, llevan todo el ciclo demostrando su poderío. El de una canoa que en España vuelve a apuntar a medallas.