PARÍS 2024 | NATACIÓN ARTÍSTICA
Los calçots de Tarrés en China y el plan anti-’base marks’ de Mayu
La catalana, que ha liderado el primer oro olímpico de las asiáticas en natación artística, y la japonesa, artífice del retorno de España a un podio, coinciden en la zona mixta del Centro Acuático.
Aparece en la zona mixta del Centro Acuático de Saint Denis eufórica, exaltada, a gritos. Se abraza a alguna periodista amiga, minutos después de que el equipo que dirige se colgara la medalla de oro por primera vez en la historia del país al que representa. Es Anna Tarrés, y ese país es nada menos que China, a la que accedió a dirigir en enero de 2023. Año y medio después, la ha convertido indiscutiblemente en la nueva gran potencia mundial de la natación artística.
“Por la mañana sentí unas mariposas que hace tiempo no tenía en el estómago, viendo lo que estaba pasando en estos Juegos, que muchos campeones ya lo tenían y al final se les escapó”, describe Tarrés, pese a que el equipo chino arrasó este miércoles en la rutina acrobática, como previamente lo había hecho en la técnica y la libre. Esta última ha sido el mayor reto de la catalana, “con adaptaciones musicales de Arnau Vilà, que estaba al pie del cañón, porque los chinos son de ‘necesito esto y lo necesito ya’”. Apunta. Y añade: “De las otras dos rutinas sobre todo hemos mejorado el tema artístico. Los acentos. Sentir la música y hacerla suya”.
Sobre su vida en China, a donde va y viene porque también asesora a otros países, como por ejemplo el dúo de Israel, afirma que su suerte fue haber conocido en los Juegos de Pekín 2008 al periodista Sergi Vicente, entonces corresponsal de TV3 en el gigante asiático. “Su hermano, Roger Vicente, es cámara allí y es quien me ha abierto las puertas de la cultura china. Es mi familia catalano-china, porque está casada con una chica china y tienen dos hijos”, explica. Y ríe sola antes de soltar: “Los domingos los celebramos a la catalana. La última es que llevé calçots y salsa de romesco a China”.
“Ya cojo la bicicleta y me muevo por Pekín como si fuera mi casa, aunque Google Maps ayuda. Y no me disgusta. Me siento muy bienvenida y respetada”, afirma. “Mi mejor regalo es que las chicas me miran como esperando la corrección. Se ha establecido un lenguaje visual, porque yo allí no me entero de nada, pero con la mirada nos entendemos. Ellas nunca lo habían empleado y lo están aprendiendo conmigo”, celebra Tarrés, quien destaca de las nadadoras artísticas chino que “trabajan a unos niveles muy científicos. Estoy asombrada y con ganas de aprender de ellas”.
Y, de pronto, a escasos tres metros de la exseleccionadora española aparece la que fuera su ayudante y que acabó convirtiéndose en su sucesora desde 2017, Mayuko Fujiki, artífice de este magnífico regreso de España al podio de esta disciplina. “Desde el día 1, hace siete años, el objetivo no era Tokio, sino París. Luchar por medallas. Empezamos desde cero, así que el camino ha sido muy largo pero hoy estamos muy orgullosas”, repasó.
‘Mayu’ tenía un plan para estos Juegos, y le ha salido a la perfección. “Más que en las puntuaciones, nos hemos fijado en los ‘base marks’. Hemos hecho una estrategia pensando en los diferentes escenarios que podíamos tener estos días. Hemos elevado la dificultad al máximo para que, aunque nos pusieran un ‘base mark’, no nos penalizara demasiado”, confiesa. Y así fue como, pese a la sanción que vieron en la última acrobacia del ejercicio libre, el martes, la medalla de bronce es ya una realidad.
“Después de nadar, ver a Japón”, el gran rival por el bronce, “ha sido para nosotras la confirmación de que íbamos por el buen camino”, reconoce Blanca Toledano, que tenía 11 años cuando España se colgó la anterior medalla olímpica en la natación artística (entonces, sincronizada), en 2012: “De Londres recuerdo que estaba delante de la pantalla viéndolas, fue muy guay, así que vivirlo yo ha sido increíble”.
“Ha sido un sueño hecho realidad. No podemos evitar estar eufóricas. Este año ha sido muy duro y creía en que el destino nos iba a ayudar”, aseveró por su parte Alisa Ozhogina, una de las que menos va a poder celebrar este exitazo, porque el viernes y el sábado compite en dúos junto a Iris Tió: “Las del equipo hoy no van a dormir, pero yo tengo que hacerlo. Debemos estar frías e ir a por el dúo. Tenemos coreografías muy chulas, lo hemos trabajado mucho y esperamos hacerlo muy bien”.
Echa la vista atrás Ozhogina y recuerda las lesiones que las nadadoras han ido sufriendo durante la temporada al practicar un ejercicio acrobático tan complejo. Pero proclama: “Al final lo hemos sacado y hemos acabado con eso de que España no es buena en acrobacias”. Y, preguntada por la duración de sus apneas, en un deporte que las requiere sobremanera, desvela: “Una vez me hicieron una prueba y creo que aguanté tres minutos y medio. Hace tiempo. A lo mejor ahora me lo hacen y hago más”.