Los bloques, entre Alberto Ginés y ‘su’ oro: “Todo es posible”
El campeón olímpico disputa este viernes la final (10:15) tras lucirse en la cuerda, su especialidad. Su entrenador, David Macià, habla con AS.
Tres años después, Alberto Ginés “volverá a soñar”. Este viernes (10:15), el español, vigente y primer campeón olímpico de la historia en escalada, disputa la final de los Juegos Olímpicos de París con la intención de revalidar su corona. “Todo es posible”, dice su entrenador, David Macià, que habla con AS a horas de que el cacereño, de menos a más en su ciclo, salga a competir.
Desde Tokio, Ginés sólo se ha podido subir a tres podios internacionales (dos bronces europeos y uno en Copa del Mundo). En el tramo final del ciclo, sin embargo, pisó el acelerador. En el Preolímpico europeo, que sólo concedía una plaza, fue segundo; en las Olympic Qualifier Series, que repartieron los últimos billetes hacia tierras francesas, recuperó su mejor versión, con un segundo puesto en las semifinales y un quinto en la final. Tras todo ello, se esconde un proceso necesario (tiene 21 años) de madurez tanto deportiva como personal.
“El impacto de haber ganado el oro en Tokio fue muy importante y le dejó un poco fuera. Ese año, competimos poco en el circuito. El siguiente fue un año extraño. Tuvo un problema en el dedo. La temporada pasada, tocamos fondo en los Mundiales de Berna”, resume David, que señala como punto de inflexión el 29º puesto planetario al que quedó relegado su pupilo. “Las cosas no iban como queríamos y Alberto no tenía muy claro hacia dónde quería ir”, sigue. Después de los Mundiales, sin embargo, técnico y escalador se sentaron para hablar seriamente sobre si su objetivo, aquello que les llenaba, era estar de nuevo en los Juegos. “Desde ese momento, nos pusimos a trabajar en la misma línea y todo fue en ascenso”, termina.
Un problema en el pie izquierdo, el freno
En las semifinales de esta semana, para Alberto Ginés, las cosas fueron en una línea similar a lo que había sido su ciclo: de menos a más. En los bloques, la primera parte de la prueba olímpica, fue 14ª; en la dificultad, sin embargo, fue el mejor. En suma, llega a la final con el cuarto mejor resultado. “Más allá de ser el mejor, que otras veces lo puede ser otro, yo me quedé con el hecho de demostrar que estamos en ese nivel. Demostramos que podemos estar luchando. Dimos una muy buena imagen”, señala Macià sobre la actuación de Ginés en la cuerda, su especialidad, la que le puso de nuevo en el radar de los candidatos a todo.
De cara a la final, “con unos bloques afines” a Ginés, se puede apuntar alto. En este sentido, los problemas pueden llegar si la prueba es muy técnica. “Tiene un pequeño problema en el pie izquierdo, desde marzo, que no nos ha permitido entrenar los bloques más técnicos (como los de las semifinales)”, revela Macià, que en los últimos meses ha trabajado “aquello que podíamos”, reforzando la velocidad y los bloques físicos. “De cara a la final, hemos hablado que esto no es Tokio. Es un contexto distinto. Tenemos que afrontar la final de la forma más honesta posible y eso es luchar hasta el final. Creo que hay una persona que está un punto por encima del resto, que es Sorato (Anraku), pero, entre el resto, cualquier combinación es posible”, desgrana el entrenador. Las paredes dictarán sentencia.