Ledecky ya es la más grande
La estadounidense se convierte en la primera tetracampeona olímpica en piscina, en el 800 libres, en la nadadora con más oros y en la deportista con más títulos olímpicos. EE.UU., récord del mundo en el 4x100 mixto.
Con permiso de Marchand, el Rey Léon, y también con el de Summer McIntosh y Sarah Sjostrom y sus récords olímpicos -la canadiense, además, en la consecución de su tercer oro-, la crónica de la penúltima velada de finales acuáticas en los Juegos de París debe comenzar sí o sí con la reina. La emperatriz. ‘Legendecky’, como rezaba una pancarta en la grada. O, sencillamente, la mejor deportista olímpica de todos los tiempos. Porque todo eso es oficialmente Katie Ledecky.
La primera nadadora en coronarse como tetracampeona olímpica en una misma prueba -en hombres sí lo había logrado Michael Phelps, quién si no, en los 200 estilos de Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Rio 2016-. La nadadora con más oros de la historia, nueve, dejando atrás ya a su compatriota Jenny Thompson. Y la mujer de cualquier disciplina olímpica también con más títulos en unos Juegos, igualando al fin a la gimnasta soviética Larisa Latynina y sus nueve preseas doradas entre Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964.
La única campeona olímpica en 1.500 libres, prueba que se estrenó hace tres años y que ha repetido aquí, la subcampeona una semana atrás en 400, enlaza desde este sábado los títulos de Londres 2012 (con 15 años), Rio 2016, Tokio 2020 y París 2024 en 800 metros libres. La distancia en que solo ha perdido una vez (el pasado febrero en Orlando, ante McIntosh) de todas las decenas, centenares, que la ha nadado desde 2010.
No quiso ceder Ledecky ni el primer parcial, aunque Ariarne Titmus se aferraba a su marcha prometiendo una reedición de la final de esos 400, a rueda que dirían en ciclismo, y con distancias mínimas entre ambas, unas dos o tres décimas, nada en una distancia tan larga. Solo faltaba descubrir quién estaba forzando el ritmo de quién para nadar tan parejas, y el progresivo despegue de la estadounidense a partir de los 500 metros delataba a la australiana, incapaz de darle alcance.
Cuando sonaba la campana, ya le sacaba un cuerpo. A falta del último largo, segundo y medio. Y, aun así, trazó Titmus una última intentona a la desesperada. No tenía nada que hacer ante la más grande. Ganó Ledecky, siempre Ledecky, con 8:11.04, devolviéndole de rebote la papeleta del cuádruple hectómetro a su rival, que entró a 1.25, plata. Tercera, en otra guerra, quedaba Paige Madden. Y La Défense Arena, que de repente se inundaba de banderas con las barras y estrellas, gritos de “¡Katie, Katie!”, aunque no ese recurrente “¡USA, USA!” del que no han podido presumir demasiado en esta natación olímpica.
Tricampeona McIntosh con récord olímpico
Tan solo unos minutos antes, se presentaba la final de los 200 estilos como una de las más abiertas y disputadas de todo el programa olímpico. Y lo fue. Saltaron chispas, incluso después de acabar. Porque dominó Kate Douglass en el tramo de mariposa, sobresalió Summer McIntosh en la espalda. Las superó a ambas Gretchen Walsh con una formidable braza.
Y la canadiense se marcó 20 metros finales increíbles, sobrehumanos, para ganarle un segundo a la estadounidense en menos de un largo de crol y no solo colgarse el oro, el tercero que consigue tras los 400 estilos y el 200 mariposa (y la plata en 400 libres), sino para además batir el récord olímpico. Otro más en París 2024. 2:06.56 es la nueva plusmarca, arrebatada a Katinka Hosszu.
Pero la prueba no acabó ahí. Tardaban en aparecer los tiempos oficiales, y se debía a la revisión de alguno de los virajes, que efectivamente Walsh debió de hacer mal (el de braza, a buen seguro), por lo que fue descalificada. Había acabado tercera, tras Douglass, por lo que el bronce fue a parar a quien había acabado cuarta: nada menos que Kayleee McKeown, la campeona de 100 y 200 espalda.
Una carrera, tres récords
La última final de la velada tenía deparada una carga eléctrica inesperada. La del segundo récord mundial que se bate en estos Juegos. Y, a diferencia del primero, esta vez no fue de China (lo había logrado Pan Zhanle en los 100 libres) sino a costa de ellos. Porque fue Estados Unidos, en el relevo 4x100 estilos mixto, la que le arrebató a Gran Bretaña, por 15 centésimas, la mejor plusmarca de todos los tiempos: 3:37.43.
Dominaron las primeras postas Xu Jiayu y Qin Haiyang, espalda y braza, pero con la entrada de Gretchen Walsh en mariposa las tornas cambiaron, lo que refrendó Torri Huske en los últimos 100 metros del crol. En esa prueba trataba Léon Marchand de colgarse su quinto oro, que habría sido el primero grupal, pero a pesar de su 58.66 en braza no pudo ayudar a Francia de pasar de la cuarta posición.
No se fueron de vacío los chinos, pues además de la plata su 3:37.55 les vale el récord de Asia. Y algo similar sucedió con la Australia de Kaylee McKeown y Mollie O’Callaghan, bronce y récord de Oceanía (3:38.76). Definitivamente, la final más rápida de todas cuantas se han disputado en estos Juegos.
El oro del hombre misterioso
Había comenzado la noche con el triunfo del hombre misterioso. Del nadador que supuestamente se había pasado casi un año sin nadar, entre la primavera de 2023 y la pasada. Que con unas pocas semanas de entrenamiento en Tenerife había tenido -dicen- suficiente para arrasar, en abril, en los campeonatos de Hungría. El hombre capaz de hacer una peineta a los fotógrafos en una piscina de Budapest, de plantar a la prensa y de mantener en un suspense total a su propio entrenador, que no sabía a una semana de los Juegos dónde se había metido. Kristof Milak.
El magiar, que el miércoles no tuvo más remedio que sucumbir en los últimos metros ante el fenómeno de estos Juegos, para conformarse con la plata en los 200 mariposa, no quería dejar escapar la ocasión de imponerse en una final sin Marchand. Y sin Caeleb Dressel, el campeón en Tokio. En el 100 mariposa, fue de menos a más para superr a Josh Liendo en el esprint final, 49.90 y victoria por nueve centésimas, relegando al también canadiense Ilya Kharun al bronce. Ha vuelto Milak, aunque por su seriedad en el podio pudiera parecer que acabó último y le regalaron el oro por descalificación del resto.
Sjostrom no espera a la final: récord olímpico
Ya solo le queda a la natación en línea de París 2024 despedirse por todo lo alto, en la sesión vespertina de este domingo (18:30 horas), que contará con cuatro finales. Mención especial merece el 50 libres femenino, ya que Sarah Sjostrom no se esperó ni a la lucha por las medallas para rebajar, en las semifinales de este sábado, el récord olímpico de Emma McKeon -vigente campeona pero que esta vez no estaba clasificada-, de 23.81 a los nuevos 23.66. Fue poco menos que insultante el medio segundo que le sacó a la segunda clasificada, la estadounidense Gretchen Walsh, en solamente un largo. La polaca Katarzyna Wasick, tercera en las series matinales, demostró que ha venido para quedare, consiguiendo el tercer mejor tiempo.
Además de la más que posible consagración olímpica de Sarah Sjostrom en una distancia de la que es cuatro veces campeona mundial, se resolverán este domingo los 1.500 libres con Daniel Wiffen plantándole cara a Bobby Finke y los relevos 4x100 estilos tanto femeninos -con el cierre de la batalla entre Australia y Estados Unidos- como masculinos, donde Léon Marchand quiere poner la guinda al pastel. Y que no sea también con alguna proyección sobre el agua de la piscina alegórica al Rey Léon de los Juegos...
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