La España de los chalecos amarillos de hielo y el ‘mojito’
El equipo pluridisciplinar de la RFEV tiene controlado cada detalle del día a día en Marsella. Combatir las altas temperaturas es el gran reto; hidratación, aclimatación y ‘cooling’, el plan.
El equipo español de vela es inconfundible. En los pantalanes de la Marina de Marsella coinciden multitud de regatistas, aunque para ver, ahora, a Jordi Xammar, Nora Brugman, Andrés Barrio, Tara Pacheco y Gisela Pulido basta con levantar un poco la mirada y por muy lejos que estén se les encuentra fácil. El motivo, los chalecos amarillos que lucen una vez llegan a tierra. Pero no son unos chalecos normales, de los que se pueden llevar en el coche, sino que en su interior llevan placas de hielo. Las altas temperaturas que se viven en Marsella son uno de los grandes enemigos para los regatistas durante estos Juegos Olímpicos y la RFEV, con su equipo pluridisciplinar, no quiere contracorriente.
La aclimatación a Marsella ha sido, y es, clave y de ahí que Carles Tur, preparador físico, nutricionista y coordinador del departamento de salud de la RFEV preparase un plan claro de actuación para combatir las altas temperaturas durante la competición y evitar la deshidratación de los regatistas. España, en el park boat de la Marina de Marsella, dispone de dos contenedores en los que hay todo tipo de herramientas para la pre, durante y post competición. Los espacios están organizados como si de un Tetris se tratase y es que en el mismo contenedor te puedes encontrar herramientas para la reparación de velas, tablas y foils, una camilla para la fisioterapia o el centro de datos, con ordenadores y pantallas para seguir la regata y tener cifras en tiempo real para su análisis.
Pero las joyas de la corona de España son las tres piscinas de agua helada (6 grados), los chalecos amarillos de hielo y el mojito. Sin alcohol, claro, y especial para los regatistas. Es una bebida fresca con hielo picado y menta que se les da antes, durante o después de competir. En situaciones de larga espera en el mar, es ideal y muy bien recibida por los deportistas. La hidratación es vital, pero como relata Carles Tur a AS, más lo es “evitar la deshidratación. Es una de las cosas más importantes porque a partir del 1,5 dos por ciento de deshidratación el cerebro sufre. Y la vela es un deporte de cognición, ya que tienen que tomar decisiones rápidas. Si el cerebro se deshidrata, la parte cognitiva se ve mermada. Que un deportista llegue bien a las regatas es fundamental porque el cerebro es el 2% del peso corporal, pero consume el 20% de los recursos energéticos a nivel de oxígeno y nutrientes”. Los controles a los regatistas son diarios cada mañana y es que no se quiere dejar nada al azar. Si cada detalle cuenta, en unos Juegos te pueden marcar el color de una medalla
La hidratación es importante, tanto como la aclimatación (por ello, antes de llegar a Marsella, los regatistas llegaron a entrenar en salas con hasta 35 grados de temperatura) y el cooling. Esto último son medidas de refrigeración de un deportista antes, durante y después para que el cuerpo no se sobrecaliente. Es aquí donde entran en acción los chalecos amarillos de hielo. “Son una medida que ya se utilizó en Tokio y la tenemos para que el regatista recupere temperatura y el tiempo de recuperación sea menor”, apostilló un Carlos Tur que alaba el trabajo de sus regatistas: “Estamos muy contentos, es muy fácil trabajar con ellos. Somos un equipo muy unido”.
Y precisamente esta unión se nota tanto en el interior como en el exterior de los contenedores donde vive su día a día parte del equipo pluridisciplinar. Tres detalles constatan el buen ambiente que se respira. Una bandera gigante de España preside el contenedor y es la que acompaña siempre a Xisco Gil, el director de preparación olímpica, que ejerce de talismán. Después hay otra bandera más pequeña en un mástil, en lo alto del contenedor, que está sirviendo de competición ante Francia y Gran Bretaña para ver quién es capaz de subirla más (de momento gana Francia, con España segunda). Y por último, un elemento de ‘ingeniería’. Los británicos cuentan con un contenedor de puerta automática. Los españoles, también la pidieron (de broma) y Xisco Gil le puso remedio. Colgó una botella de agua llena en un extremo y ahora, tras abrir la puerta, ésta se cierra sola.