“Acabo de hacer historia... pero necesito unas vacaciones”

Eufórico, pero a la vez aliviado por conseguir el premio gordo, la mayor recompensa posible al trabajo bien hecho para un deportista: el oro olímpico. Así se mostró Jordan Díaz (23 años) al atender a los medios tras hacer historia en los Juegos Olímpicos de París, escenario en el que se colgó el oro en triple salto con una actuación prodigiosa que ya forma parte de la historia del deporte español.

-Transfer concedido para competir con España, campeón de Europa, oro olímpico... Un mejor 2024 imposible, ¿no?

-Ser campeón olímpico es lo más grande que hay, es mi sueño de pequeño. Estoy supercontento y con muchas ganas de irme de vacaciones, que lo necesito (ríe). Además, he ganado con buena marca y aunque he intentado tirar más no he podido. 86, 85, 84... pero el 18 hoy no estaba. Estoy muy contento, medalla de oro que es lo que venía a buscar aquí. Himno de España mañana y palante…

-¿Qué ha sacrificado por este éxito?

-Principalmente, a mi familia que está en Cuba y toda la vida que llevaba cuando vivía allí. Fue una decisión bastante difícil, pero si tuviera que tomarla diez veces más, habría tomado la misma.

-¿Qué le ha dicho Pedroso?

-No pudo decir lo que me dijo (risas). Me soltó cuarenta malas palabras... y lo hemos logrado. Quédate con eso, es lo único que puedo reproducir.

-Decía que prefería ser campeón olímpico a batir el récord del mundo de Edwards. Ahora que ya ha conseguido lo primero, ¿toca pensar en la plusmarca universal?

-Como ya te he dicho otras veces, el récord del mundo me da absolutamente igual. Sé que puede salir, y si es así estupendo; pero puedo terminar mi carrera sin tener el récord. La verdad es que ‘me la pela’.

-¿Se motivó de alguna manera viendo algo antes del concurso de hoy?

-Nada, absolutamente nada. No he podido dormir esta noche... porque las camas están duras de c... Me acosté a las 3:00am, me desperté a las 9:00 por el nerviosismo y pensé: ‘Son las 9, no puedo estar despierto’. Me desperté a las 12:00, comí, hablé con Iván y nos vinimos al estadio a entrenar.

-¿Ha pensado alguna celebración especial?

-Ahora mismo ni idea. Me están pasando muchísimas cosas por la cabeza.

-¿Qué le dice a la afición española que ha vibrado con su oro olímpico?

-Que estoy muy orgulloso de representar a España y que acabo de hacer historia, que era el objetivo que tenía cuando llegué a París. Y por el que he trabajado tanto. Y que este éxito es el principio, que el año que viene hay campeonato del mundo en Japón. Y quiero pelear por estar en el podio ahí.

-Si hubiera necesitado el 18 en el último salto... ¿lo tenía en las piernas?

-No, estaba destrozado, hecho polvo. Bueno, quizá sería otra palabra.

-¿Ha sufrido durante el concurso por tener a Pichardo tan ceca y la posibilidad de que en algún momento le superara?

-Ha sido una competición dura y tensa de principio a fin. Me ha obligado a saltar cinco veces, cuando yo en principio pensaba tres o cuatro saltándome alguno. Pero son unos Juegos Olímpicos y tocaba hacer lo que fuera necesario.

-¿Cómo ha vivido ese último salto de Pichardo?

-Ha sido bastante complicado. No me ha superado y me quedo con mi medalla de oro.

-¿Le ha felicitado al final?

-Con ese tema no quiero volver a empezar.

-¿Y con su familia ha hablado?

-Sí, estaban muy contentos. Les he dicho que bebiese para celebrarlo.

-Las tres medallas salen originariamente de Cuba. ¿Es genética, trabajo de base...?

-Es trabajo de base diría. Es increíble. Los deportistas que se van llevan una base muy buena para luego ir ajustando. Pero hay otras cositas...

-¿Toca quemar París esta noche?

-Ahora no puedo ni caminar. Después veremos... (ríe). Mañana tengo el podio y hay que hacer las cosas bien.