Jayson Tatum, el único lunar del Dream Team de los Juegos de París
El alero de los Celtics no participó los minutos que quería con el Dream Team de Estados Unidos en los Juegos de París. Kerr, en entredicho por ello.
A la selección masculina de baloncesto de Estados Unidos le apretaron las tuercas en los Juegos de París. Primero fue Serbia en la semifinal, a punto de darle el disgusto de su vida a los americanos, y tras ello la anfitriona Francia le puso la final difícil hasta el extremo. Terminaron en alto, con un Curry salvador en los momentos más calientes, y por ello las sonrisas llegaron a los rostros de los protagonistas. Todo son oros desde Pekín, aquel torneo al que llevaron al llamado Redeem Team que buscaba venganza tras unos fracasos como los de 2004 o el mundialista de 2002 en Indianápolis.
No habría alegría sin drama en un conjunto con tantas estrellas y aún más aspiraciones. Steve Kerr, que en esta Olimpiada ha sustituido a su mentor Gregg Popovich tras el éxito de los Juegos de Tokio hace tres años, se ha encontrado con el problema con el que cualesquier entrenadores querrían toparse: jugadores de excelencia. El tormento que ha descuadrado al técnico de los Warriors tiene nombre propio, Jayson Tatum, que venía con la inercia de las Finales y parece haberse llevado un chasco por cómo se ha gestionado su participación estas últimas semanas en la convocatoria parisina.
A Tatum, de 26 años, se le incluyó entre los doce elegidos al ser una parte troncal de USA Basketball desde que despuntó hace algunas temporadas. En su caso viene con el éxtasis en el cuerpo de haberse proclamado campeón con los Celtics el pasado junio, un trance en el que supo poner la guinda en el game 5 ante los Mavericks en el Garden pero habiendo transitado las dudas y críticas como líder en los otros encuentros. De los suyos le acompañaron Jrue Holiday y Derrick White, este último en sustitución del lesionado Kawhi Leonard. Fuera, con el revuelo que constituyeron sus incendiarias declaraciones contra la federación, se quedó su partner in crime, Jaylen Brown, después de haber sido el MVP de esas Finales de la NBA.
Le hemos visto incómodo, con caras largas, disfrutando menos de la experiencia que otros compañeros. La presión ejercida desde la afición de los Celtics supuso un altavoz para que más gente pidiera más canchas para el alero de Misuri, una referencia individual en la liga americana que este año ha abrazado también el éxito colectivo tras años y años de entrega a Boston. En la posición de alero tuvo por delante en la rotación inicial a Holiday, que actuó junto a otros dos pequeños como Curry y Booker para hacer de contrapeso defensivo, y en la secundaria a Durant, de presencia innegociable.
Y considerando que ha sido padre en el proceso junto a la cantante Ella Mai, más para repensar. Tatum ha acumulado una media de minutos, 17′7, que no sirve para ver su impacto real. Porque ha disputado sólo cuatro de los seis partidos de su selección, en dos de ellos se quedó sin participar. Los dos choques con Serbia, el de la fase de grupos y el de semifinales, no entró en pista. En la estadística queda registrado un número, 5′3, que son los puntos y rebotes que ha firmado en toda la extensión. Físicamente estaba apto pero no siempre ha estado presente en la idea de Kerr.
“Inaceptable”
Algunos se lo toman bien, algunos algo peor. En comparación con Tyrese Haliburton, estrella de los Pacers, que al recibir la medalla de oro se hizo una foto con una divertida reflexión (”cuando no haces nada en el trabajo en grupo, pero sacas un sobresaliente en el examen”), que no estuvo en la final y ha acumulado un total de 26 minutos en el torneo, con Tatum no ha ocurrido lo mismo. Su madre, Brandy Cole, respondió a la duda del analista Dick Vitale en redes sociales -que se preguntaba si existía alguna lesión que evitara más exposición para el chico- con contundencia: “No lo está. Y si averiguas qué es lo que pasa, házmelo saber. Esto es inaceptable y no tiene sentido”. Hay animadversión con esta decisión colegiada de Steve Kerr y el resto del cuerpo técnico, Lue, Spoelstra, Few y compañía, desde distintos puntos del globo. El seleccionador respondió a esa cuestión, sin rechazo, ante la prensa desplazada a París: “No es lo que no he visto de Jayson, es lo que sí he visto de otros chicos. Como he dicho varias veces, en este torneo y en las anteriores seis semanas, es duro jugar con once incluso en un partido de la NBA. Más que nada es un problema de matemáticas”. Expertos o leyendas, como el mítico Bob Cousy, están en desacuerdo: “Todos los expertos que he leído últimamente le han elegido entre los cinco mejores de la Liga. Incluso como el número uno del jodido mundo. Ahora Kerr le está diciendo a todos que no piensa como ellos. Si en un partido de cuarenta minutos no puedes encontrar cinco para que juegue alguien del equipo sin que te moleste, debe haber algún tipo de prejuicio contra los Celtics”. Es el único lunar en el quinto oro masculino consecutivo del baloncesto de Estados Unidos.