Ghadfa es Nadal
El español gana al francés Djamel-Dini Aboudou por decisión unánime en un ambiente infernal en Roland Garros y disputará la final de los +92 kg.
Ayoub Ghadfa salió a Roland Garros contra todo y contra todos. Peleaba contra Djamel-Dini Aboudou, un francés, y contra el público que en la Philippe Chatrier entonaba el ‘Allez les Bleus!’ en un ambiente inflamado, discotequero y de cientos de decibelios que podía condicionar a los jueces. Pero el gigante de España lo fue aún más para derrotar por decisión unánime (4-1) en la semifinal de los +92 kg al galo y boxear por el oro. Su compañero Enmanuel Reyes Pla ya se había asegurado un bronce en -92 kg. A falta del 14 veces campeón de tenis, Ghadfa fue Rafa Nadal.
El marbellí Ghadfa, de 25 años y graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, salió a Roland Garros, pero no había arena. Sino un ring en el mismo lugar donde Novak Djokovic y Carlos Alcaraz libraron un combate al límite en la final de tenis, como si en vez de raquetas calzaran cuero en sus manos. Y donde muchos años antes, en 1947, el mito galo Manel Cerdan derrotó al estadounidense Holman Williams y conquistó el corazón de Edith Piaf. O donde el animal Carlos Monzón retuvo su mundial del medio frente a Jean-Claude Bouttier en 15 asaltos en 1973. La tierra batida ya había servido antes como arena de gladiadores. Roland Garros, 48 años después del último combate, servía otra vez de coliseo para el pugilismo.
El francés y Ghadfa ya se habían visto las caras en dos combates y el cara a cara estaba igualado. Pero Rafa Lozano, el doble medallista olímpico ahora seleccionador, confiaba en el poder del chico que se metió en el ring para espantar problemas de acoso escolar y racismo. Gadhfa, plata europea y bronce mundial en 2023, salió a moverse como sabe hacerlo. Aboudou tomó el centro del ring y el español manejó el jab de izquierda para quitarse las moscas del francés de 28 años con pinta de George Foreman mientras la grada de la Chatrier metía una presión brutal. Pero el boxeo lo ponía el español, y selos jueces se lo premiaron con 4-1.
Había que aguantar y tirar con precisión. Sin entrar en el cuerpo a cuerpo. Lozano se desgañitaba y el gigante respondía con acciones bonitas. Tan bonitas que fue un 5-0 para él el segundo round. Estaba hecho y sólo había que evitar que llegara una mano letal. Y el francés le conectó una que le tiró al suelo pero se levantó con un salto espectacular para gritar que no se iba a rendir. La decisión fue unánime. Esta vez, los jueces no tenían donde escudarse. Espectacular El marbellí estará en la final el sábado (22:51), el combate que cerrará la competición olímpica, frente al uzbeko Bakhodir Jalolov, un pesado que se mueve como un ligero. Un hueso duro de roer. El actual campeón olímpico. Pero Gahdfa es Nadal.