NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

PARÍS 2024 | TAEKWONDO

Adrián Vicente opta al bronce; Adriana Cerezo, sin medalla

Nematzadeh, su verdugo en cuartos, accede a la final y repesca al madrileño. La subcampeona olímpica, fuera definitivamente.

París
Adrián Vicente opta al bronce; Adriana Cerezo, sin medalla
DAVID GRAYAFP

Todo parecía conducir a un día glorioso para el taekwondo español, que aporta siete medallas al palmarés olímpico español y que ha sumado metales siempre que ha estado en unos Juegos, desde Sídney 2000. Adriana Cerezo (-49 kg), plata en Tokio, y Adrián Vicente (-58 kg), tras un ciclo extraordinario, ambos segundos favoritos al oro por ranking, este miércoles, acudían a París con motivos para creer y hacer creer. En cuartos de final, sin embargo, todo se complicó. Cerezo, sin entender qué había pasado, cayó contra la iraní Mobina Nematzadeh (7ª cabeza de serie); Vicente, por su parte, no pudo con el azerbayano Gashim Magomedov (10º). Los dos, en ese momento, pasaron a depender de que sus verdugos llegaran a las finales para optar a la repesca por el bronce... y le salió cara sólo a Adrián, que tendrá una oportunidad extra desde las 20:06, contra el irlandés Jack Wolley. Para subir al podio, luego, debería ganar al tunecino Mohamed Khalil Jendoubi (21:04).

“Seguimos en el foco. Sabíamos que era un rival muy fuerte, muy explosivo, y la idea era mantener el ritmo hasta que se cansase. Otras veces nos había servido esa estrategia, pero hoy estaba muy bien. Seguimos concentrados y a por ese bronce. Vamos a por todas. Confío en que llegue a la final. Es un buen rival y un gran amigo, así que ahora estamos toda España con él”, decía Vicente tras su derrota contra Nematzadeh, a la postre salvador, que cumplió con lo que el español esperaba de él al vencer al italiano Vito Dell’Aquila. En su duelo particular, la cosa estuvo reñida. Después de un primer asalto claro para Nematzadeh (11-5), Adrián buscó la remontada en el segundo (13-11), pero se quedó a las puertas (estuvo 10-3). Antes, el madrileño había vencido al palestino Omar Yaer Ismail por (8-3 y 9-7).

Mobina Nematzadeh celebra con la decepción de Adriana al fondo.
Ampliar
Mobina Nematzadeh celebra con la decepción de Adriana al fondo. DAVID GRAYAFP

El camino de Adriana, que ya no tuvo arreglo por la posterior caída de Nematzadeh contra la china Qing Guo, se truncó unos minutos antes. “¡España, España, España!”, gritaban desde las gradas, repletas de familiares y amigos de la subcampeona olímpica, antes de empezar el combate. “¡Va, Adriana, va!”, seguían cuando la de Alcalá de Henares, desconcertada, sin encontrar el hueco por el que colar sus largas y espigadas piernas, perdía el primer asalto por 2-0, con sólo un contacto (patada en el tronco) en el marcador. Se esperaba su reacción. Se celebraron los únicos puntos que pudo añadir a su casillero, pero también cedió el segundo parcial por 7-2. Totalmente inesperado. Hasta difícil de entender para ella, que tiene como objetivo “ser la mejor de la historia”.

“Ahora mismo, estoy un poco a ciegas, sin sensaciones muy claras de lo que ha pasado en el combate. No me he encontrado, no he hecho el trabajo que tenía que hacer. Me da mucha rabia tener que depender del trabajo de otra persona para poder optar yo a un bronce, pero a esperar que entre. Y nosotros a recomponernos y, si entra, a pelear por esa medalla de bronce. Y si no entra, a atarnos los machos, y que esto no se repita”, valoró una Adriana que, en octavos de final, había ganado con mucha facilidad a la uruguaya María Sara Gripooli (11-4 y 7-0). Tras la posterior derrota de Nematzadeh, su destino ya no tuvo opción de reconducirse. A París, Cerezo, que con nueve años ya quería ser campeona olímpica, que tras la plata de Tokio se puso el oro de París como fondo de pantalla, llegaba tras colgarse cuatro medallas en Europeos y un bronce mundial. En el Grand Palais, sin embargo, esa sonrisa que enamoró en Tokio se apagó. Volverá.

Normas