El judo se desinfla con polémica: “Me han sancionado a mí, algo que no pasa casi nunca”

Tras una jornada de éxtasis, en la que el judo nacional rompió una racha de 24 años sin medallas olímpicas, este domingo, se vivió el extremo contrario. Tanto David García Torné (-66 kg), al que todo el mundo señalaba como una de las revelaciones de los Juegos, como Ariane Toro (-52 kg), que llegaba a París tras un inicio de año brillante, cayeron en primera ronda al perder contra el kazajo Gusman Kyrgyzbayev y la mongola Sosorbaram Lkhagvasüren, respectivamente. En el primero caso, tras un combate largo, que se decidió en el asalto de oro y con una acción dudosa antes del wazari definitivo; en el segundo, tras una inmovilización que terminó en ippon.

Con aún en el recuerdo todo lo vivido con Fran Garrigós, que se colgó el bronce este sábado, como con Laura Martínez, que alcanzó las semifinales y cedió en la lucha por el bronce, todo empezó con buenas vibras. García Torné, un judoca de talento innato al que sólo le han podido frenar las seis lesiones de rodilla que ha sufrido con 26 años, empezó agresivo, como le gusta. A los 40 segundos de iniciar el duelo, ya rozó el ippon con una acción que levantó el primer “oh” en las gradas del Champ de Mars Arena de París. El enfrentamiento, sin embargo, se fue alargando. Mucho más de lo esperado. “Mis ataques más explosivos estaban perdiendo fuerza. Él lo ha aprovechado para encontrarme en el asalto de oro”, analizó el catalán con los medios españoles presentes, entre ellos AS.

Todo pudo cambiar, eso sí, en una acción anterior al wazari que terminó suponiendo la derrota de David, otro de los pupilos de Quino Ruiz en Brunete. Su rival, Kyrgyzbayev, con dos shidos (sanciones) en su contador, se salió del tatami, pero el sancionado fue el propio judoca español por provocar la acción. “Durante todo el circuito, cuando el rival se sale del tatami se ha sancionado. Él llevaba dos sanciones y con esa le hubieran eliminado. Esta vez, me han sancionado a mí por provocar que se saliera, algo que no pasa casi nunca. Al final, él ha conseguido la puntuación, me ha ganado y eso es lo que hay. No es excusa”, explicó Torné al ser preguntado por la acción. “Este resultado no entraba en mi cabeza. Me había visualizado ganando este combate sin mucha complicación. No veía de qué manera él me podía ganar, pero el judo es así”, terminó de valorar.

Familia olímpica hacia el futuro

“¡Queremos que siga la racha del judo!”, exclamaban los familiares de Ariane Toro antes de entrar al Champ de Mars Arena. Entre ellos, estaba su madre, Yolanda Soler, que formó parte del equipo de Barcelona 1992 y fue medalla de bronce en Atlanta 1996. Su padre y entrenador, José Toro, también fue olímpico en 1996. Pese al resultado, Ariane se unió a la familia olímpica, que mirará hacia el futuro. “Tengo aquí a toda mi familia y, verlos a ellos tristes, duele. Hemos estado trabajando, midiéndonos de tú a tú con todas las rivales y creemos que tenemos más nivel del demostrado”, expresó Ariane, con lágrimas en los ojos. A sus 21 años, Los Ángeles 2028 le esperan para seguir con la tradición familiar: su madre fue medalla en sus segundos Juegos.