El judo, del revés a la espera del capitán y dos esperanzas
Cristina Cabaña cae en primera ronda y termina la participación de seis españoles, con el bronce de Garrigós. Ai Tsunoda, la siguiente.
Tras una jornada inaugural muy ilusionante, con el bronce de Fran Garrigós y las semifinales de Laura Martínez, el judo español ha vuelto a la tierra, a los recuerdos de ese maleficio que terminó tras 24 años sin tocar metal. Este martes, Cristina Cabaña (-63 kg) cedió en primera ronda de los Juegos al caer contra la brasileña Ketleyn Quadros. Su derrota se suma a las de David García Torné y Ariane Toro, que también cedieron en su debut, el domingo, y a la de Salvador Cases, que este lunes se quedó en octavos de final, siendo el único capaz de ganar un combate desde la presea. Una mala racha a la espera del capitán general de la tropa, Niko Sherazadishvili (-100 kg), que entrará en acción el jueves (10:28), y de dos debutantes con opciones, Ai Tsunoda (-70 kg) y Tristani ‘Tato’ Mosakhlishvili (-90 kg), que compiten este miércoles (empiezan a las 10:54 y 10:24, respectivamente).
En un Champ de Mars Arena que día tras día llena sus más de 8.000 localidades y convierte el pabellón en una caldera, especialmente cuando saltan al tatami los judocas locales, Cabaña no tuvo opciones. Por ranking (25ª la española y 26ª la brasileña), el duelo se presumía muy igualado. Quadros, de 36 años y bronce en los Juegos de Pekín, sin embargo, tiró de experiencia para cerrarlo en poco más de un minuto (1:23). La española, otra de las pupilas de Quino Ruiz, que ya ha visto desfilar a cuatro de sus cinco alumnos en París, tuvo poco tiempo para disfrutar de sus primeros Juegos. El maestro, desde la banda, se desgañitó, pero no pudo reconducir un combate que terminó a través de dos tempraneros wazaris. Ambos, gracias a espectaculares sumi-gaeshi, con Cabaña totalmente del revés.
Niko, Ai Tsunoda y ‘Tato’
Este miércoles, las esperanzas estarán depositadas en Ai Tsunoda y Mosakhlishvili. La primera, de 22 años, es uno de los grandes talentos mundiales del judo. De padre japonés, el maestro Go Tsunoda, y madre francesa, la también judoca Céline Roustant, pero nacida en Lleida, una máquina del ippon (termina así el 75% de sus combates), ya tiene un palmarés considerable pese a su corta edad. En abril, tras cuatro medallas en Grand Slams y dos en Grand Prix, lo amplió con un bronce europeo. Mosakhlishvili, por su parte, llegará a París tras subirse al podio de los últimos Mundiales, celebrados en mayo. Ambos precederán a Niko Sherazadishvili, la última baza española y una de las más sólidas. Con dos títulos mundiales en -90 kg, llegará a París con ganas de revancha (en Tokio, fue noveno) en una nueva categoría y tras superar una rotura de cruzado.