PARÍS 2024 | ATLETISMO (TRIPLE SALTO)
‘Air Jordan’, haz soñar a España
El funambulista del aire disputa hoy (20:13) la final de triple con humildad ante el reto: “Claro que quiero el oro, pero cualquier medalla sería fantástica”.
El 7 de agosto de 1995, Jonathan Edwards helaba el verano de Göteborg al volar en la especialidad del ‘hop, step and jump’ hasta 18,29. Un récord mundial que 29 años y dos días después sigue vigente. Jordan Díaz (23 años), su heredero natural, nombrado por el propio saltador británico junto al jamaicano Jaydon Hibbert (19), está listo para colgarse su primera medalla olímpica y, quizá incluso, desafiar el registro del graduado en Física con un oro olímpico en Sídney 2000 y una plata en Atlanta 1996. En la clasificación, Jordan demostró que está a tope tras realizar un único salto para clasificarse de 17,24.
Pese a ser el mito de la especialidad, Edwards no llegó a los 18 metros, que únicamente han alcanzado en la historia ocho atletas (17 saltos en total), hasta los 29 años. Jordan voló en los Europeos de Roma a 18,18 con 23. En la final olímpica de hoy (20:13) en el Stade de France parisino, el español quiere su primer metal en los Juegos aunque es humilde: “Claro que quiere colgarme el oro olímpico, pero la plata y el bronce también serían un resultado fantástico. Va a estar difícil, todos llegan al 100%”.
El ‘todos’ al que se refiere Jordan son en realidad cuatro rivales; cinco si incluimos al norteamericano Salif Mane (22 años) cuya progresión está siendo exponencial últimamente. A priori, únicamente hay póquer de adversarios que si todos están tocados por los astros pueden alejar al español del podio olímpico. El más peligroso, el portugués Pedro Pablo Pichardo, su némesis, su enemigo íntimo... con el que ni se dirige la palabra. Miembro del club del 18, al que Jordan derrotó en Roma en un concurso maravilloso. El luso nacido en Cuba voló a 18,04 (él tiene 18,08 como marca personal); el español nacido en La Habana se fue a 18,18. El tercer integrante con carné VIP de tan selecto grupo es el burkinés Hughes Fabrice Zango (31), que lleva tres años sin ver el dígito en el marcador electrónico tras su intento, pero que ha llegado a 18,07.
Los otros dos peligros aún no han llegado a la cifra mágica, pero lo harán: el italiano Andy Díaz (también nacido en Cuba) y el mencionado jamaicano Hibbert. “La medalla costará 18 metros”, anunciaba hace meses Jordan en una entrevista con AS. Si es así, sus opciones crecen exponencialmente. Querría decir que el saltadero morado de la contra recta es favorable a los saltos de extraterrestres. Como lo es Jordan. El funambulista del aire cuenta con un físico estilizado y potente (1,92 y 73 kilos) que le permite suspenderse y avanzar en el aire. Es un dibujo animado creado específicamente para hacer triple salto.
Diez centímetros más que Edwards, mismo peso. Con una característica única que fomenta y explica la frase de su entrenador Iván Pedroso de que no tiene techo. En el segundo salto, la pierna de impacto, la misma que abre el inicial ‘hop’ en la tabla de batida soporta alrededor de 20 veces el peso del cuerpo del atleta. Todos pierden muchísimos centímetros en el ‘step’ por la dificultad de impulsar. Jordan, no. Su brinco intermedio es prácticamente un tercio del salto total. Eso le confiere una posibilidad de mejora increíble en el tercero y definitivo. Por eso el gurú afincado en Guadalajara incide en trabajarlo. Sabe que cuando lo consiga, el récord de Edwards será historia. Eso sí, no lo es ya antes. Prepárense, seguramente estaremos ante la mejor final olímpica de triple de la historia.