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PARÍS 2024 | HOCKEY HIERBA (M)

De Mariñamansa a Colombes: un viaje iniciático de 722 días

“Hay que escuchar sus silencios”, asume Max Caldas, sobre la pesadumbre de los RedSticks tras quedarse a las puertas del podio, solo dos años después de su debut, en un Pre-Europeo.

París
De Mariñamansa a Colombes: un viaje iniciático de 722 días
YAHYA ARHABEFE

Antes del partido por el tercer y cuarto puesto de este jueves frente a la India (1-2), y después de un día y medio en que el equipo supo hacer maravillosamente borrón y cuenta nueva de la semifinal perdida ante Países Bajos (0-4), ponía Max Caldas en situación a sus jugadores sobre lo rápidamente que se han situado entre los cuatro mejores equipos de los Juegos Olímpicos. “Todavía no hace ni tres años. Se cumplirán en octubre. Es muy poco tiempo”. Se refiere el argentino al periodo que lleva como seleccionador. Pero es que incluso se puede hilar más fino sobre este proceso emocionante.

“Mi primer torneo como seleccionador fue un pre-Europeo en Ourense contra Portugal, República Checa y Polonia”, concreta Caldas, que se retrotrae a agosto de 2022. 722 días después de iniciar aquella andadura en el campo de Mariñamansa, en Ourense, los RedSticks contaban con la posibilidad totalmente real de colgarse una medalla en el estadio Yves du Manoir de Colombes. “Imagínate de eso a esto el cambio brutal de los chicos”, proclama. “Creo que en España tenemos a muchos jugadores con talentos diversos. Aquí no están pero los Castejón, Pere Amat, Pol Cabré, Nico Álvarez y demás se van a unir seguro a este próximo periodo. Ha sido una experiencia brutal para mí”, repasa el entrenador.

Max Caldas, dando instrucciones a sus jugadores durante este campeonato olímpico.
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Max Caldas, dando instrucciones a sus jugadores durante este campeonato olímpico. Lavandeira JrEFE

Sabe Caldas estar en su sitio. Durante el partido por el bronce intentó “no confundirles”, no entrometerse en exceso “para no cagarla” y mandar “refuerzos positivos”. Pero también se divirtió viendo a sus jugadores superar el mal trago de Países Bajos, y dominar el juego. “Es un equipo no joven pero sí inexperto, y que sea capaz de hacer esto en dos días me pone contento”, asegura. Y entiende que, tras quedarse a un palmo del podio, “hay que escuchar sus silencios, sus llantos, sus tristezas y sus enojos, estar como siempre con los jugadores”.

Los míos siempre estarán por encima de los demás y hoy me demostraron por qué vale elegirlos”, zanja el seleccionador, que se emociona cuando le preguntan sobre qué le diría el Max Caldas actual al de hace poco menos de tres años, cuando tomó las riendas de la Selección. Intenta reprimir las lágrimas, pero los ojos se le inundan. Hace una pausa, se los señala y con la voz entrecortada responde: “Esto, esto le diría”. Y abandona la escena.

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