Antolino, una finalista de bandera
Con la décima mejor nota desde el trampolín de tres metros se mete en la hora de la verdad la española, nacida en Venezuela y que mostró el orgullo por ambos países a través de sus uñas.
Con una china de 25 años como indiscutible primera clasificada, Chen Yiwen, no pudo darle mayor intriga Valeria Antolino, que había accedido a la semifinal de los saltos desde el trampolín de tres metros en un gran séptimo lugar, para no decidir hasta el último instante si se metía también la final de este viernes (15:00 horas). Tras una remontada similar a la de la ronda preliminar, disputada el miércoles, se clasificaba entre las mejores de estos Juegos Olímpicos de París 2024 y mostraba a cámara las uñas de los dedos anulares de ambas manos. En una, pintada la bandera de España. En la otra, la de Venezuela, donde nació.
Con un doble mortal y medio adentro carpado comenzó Antolino bastante segura (57.00), situándose novena. Pero le sucedió algo similar a lo del miércoles en la clasificación, con unas siguientes rondas en que incluso bajó la puntuación de esas preliminares. Hasta la decimoquinta posición bajo en el segundo clavado, un triple mortal y medio hacia delante carpado (51.15), en el que pagó su posición demasiado esquinada en el trampolín en el instante del impulso. No pudo más que escalar un puesto con el doble mortal y medio encogido (54.60), también peor puntuado que un día antes.
La remontada para colocarse entre las 12 clasificadas para la final la inició en el cuarto salto, un doble mortal y medio atrás carpado en el que calcó la puntuación de las preliminares (63.00) para situarse, como cuarto mejor clavado de la ronda, en decimoprimer puesto. Emoción. Y así llegó el último, el definitivo, un doble mortal hacia delante con tirabuzón carpado, en el que sumaba Antolino una nota peor a la del día previo (58.50), y aun así se metía directísima a la final, décima, por mucho que quedaban otras rivales por completar su concurso.
La cara amarga de la semifinal la protagonizó la mexicana Aranza Vázquez, que iba camino no de la final e incluso de una eventual lucha por las medallas este viernes, pero que entró fatal en el cuarto salto. Reclamó a los jueces, porque lo achacaba a un ruido externo en el momento en que estaba en el trampolín. Pero se lo denegaron. Y quedó fuera.