¡Allez España!

Otros dos deportistas ‘acuáticos’, el piragüista Marcus Cooper y la regatista Támara Echegoyen, tomaron el relevo de otro piragüista, Saúl Craviotto, y la nadadora Mireia Belmonte, para abanderar a España sobre el Sena. Los dos aspiran a añadir otro oro al que ya tienen y ayudar a España a cumplir con el objetivo de superar las 22 medallas de Barcelona 1992 tras las 17 de Río 2016 y Tokio 2020. Una curva plana que debería experimentar un pico a tenor de los resultados del año preolímpico. Según los datos del Comité Olímpico Español, hay 28 medallistas mundiales (10 oros, 10 platas y 8 bronces) presentes en la delegación y 35 europeos. Más que nunca, lo que invita al optimismo.

De los 383 deportistas españoles en los que las mujeres superan ya por poco a los hombres, no pudieron desfilar todos en el barco 25, compartido con Estonia. Muchos aún no están en París, como por ejemplo los atletas que competirán en la segunda semana. Un desfile en el que se perdió la magia de la salida al estadio entre penumbra de los protagonistas para dar la vuelta olímpica. Difícil distinguirlos en las barcazas regadas por una lluvia constante. Una marcha sobre el agua que les quitó bastante protagonismo para dárselo a la ciudad, esa que se levanta como un museo.

Entre ellos, faltó Carlos Alcaraz, que tenía el deseo de estar con sus compañeros, pero a quien su equipo (en París está su agente Albert Molina en el papel de entrenador) no se lo permitió, frenando el ímpetu de un chaval de 21 años que el sábado tenía que disputar dos partidos: individual y dobles. Sí estuvo presente su compañero estelar, Rafa Nadal, y de qué manera. Primero, siguió el desfile de cerca, asomado a un balcón con vistas privilegiadas y con la bandera de España presente. Al lado de su esposa, Mery Perelló, su hermana, Maribel, y de su hijo, también Rafa, inicio el camino hacia la posteridad, con su relevo olímpico al recoger la antorcha de manos de Zinedine Zidane.

Desde Lille, vinieron las chicas del baloncesto, que hicieron el esfuerzo de no perderse un momento único. “Es un momento especial, hoy había que estar aquí y disfrutar cada momento”, decían capitaneadas por una María Conde pletórica, que fue una de las grandes animadoras de la tripulación. Los chicos de Scariolo, que juegan hoy en la subsede del norte francés ante Australia, hicieron su particular desfile a más de 200 kilómetros de distancia, con el himno a toda mecha y dando una vuelta olímpica que Juancho Hernangómez se encargó de retransmitir en directo a través de sus redes sociales. Aún más lejos, también se unieron los marchadores, ultimando su preparación en Sant Cugat, los surfistas, ¡en Tahití!, o las atletas Lorea Ibarzabal y Lorena Martín, mano a mano en Valladolid.

Nada pudo con la fuerza de un equipo que arrancó la tarde a viva voz (”¡Yo soy español, español, español!”) y en brazos de sus abanderados, que ondearon los colores contra viento y tormenta. “Somos españoles, los mejores. Hemos ido cantando. No importa que llueva, somos de deportes de agua”, exclamaba Cooper, que llegó este mismo viernes en avión desde Asturias y este sábado, de nuevo, estará entrenando allí (no compite hasta el 6 de agosto). Un viaje exprés para ejercer de capitán al lado de Echegoyen, también eufórica. “Ver la ciudad desde el Sena con esta gente es maravilloso”, celebró la regatista, que se trajo a Paula Barceló desde Marsella para compartir el momento y proclamar el Estado de ilusión. “¡Somos el barco de la alegría!”, gritó. ¡Allez España!

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