Alcaraz se interpone entre Djokovic y el ‘Golden Slam’
El serbio derrota en un partido duro y en el que llegó a perder los nervios a Lorenzo Musetti y el domingo buscará el oro olímpico, lo único que le falta.
Novak Djokovic aúlla. El lobo serbio ha llegado donde no estuvo nunca en cuatro participaciones anteriores, en la final en la que este domingo (en principio a las 14:00) buscará ante Carlos Alcaraz el único trofeo que le falta, los laureles olímpicos. Completaría así el ‘Golden Slam, los cuatro grandes y el oro, como Rafa Nadal, Andre Agassi, Steffi Graf y Serena Williams.
Para ello, el serbio tuvo que ir a la guerra contra el italiano Lorenzo Musetti, al que derrotó por 6-4 y 6-2 en 1h:50 en un partido muy duro, más de lo que refleja el marcador, de juegos largos y una enorme tensión, que flotaba la Chatrier para electrizar el ambiente. No fue hasta el último juego del primer set cuando el serbio pudo lograr un break.
En el segundo, se sucedió un carrusel de pérdidas. Y a la segunda que sufrió Djokovic, después de recibir un par de warnings, se sentó enfurecido gritando como un loco a su palco, sacando sus demonios de dentro. En una película decenas de veces repetida, llegó la reacción. Como había logrado en cuartos frente a Stefanos Tsitsipas cuando iba 3-0 abajo en el segundo set y pidió asistencia médica para su dolorida rodilla, operada en junio, que sin embargo funcionó a la perfección hoy.
El campeón de 24 grandes no había llegado a París para ponerle una alfombra roja a Alcaraz. Y se lanzó a por otro quiebre (4-2) sacando su mejor tenis ante el italiano (16º del mundo), con el que tenía un 6-1 previo pero contra el que había sufrido en dos partidos a cinco sets en Roland Garros, en 2021 (acabó retirándose Musetti) y en la edición de este año. Cuando cerró el partido, se tiró a la tierra, como si hubiese ganado ya el torneo, emocionado y liberado. Pero Queda Alcaraz...
“Ha sido un partido con muchísimas emociones, porque podía asegurar una medalla para mi país. Es irreal estar en una final olímpica. Estaba muy nervioso, había perdido otras tres semifinales (en Pekín, Londres y Tokio) y no quería que volviera a pasar”, contó luego Djokovic, que sólo tiene en sus vitrinas el bronce de 2008 y anuncia una batalla frente Alcaraz, que viene de derrotarle en Wimbledon.