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JUEGOS PARALÍMPICOS TOKIO 2020

Los Juegos son cosa de hermanos

Los germanos Braunschweig, ambos nadadores, han competido en Olímpicos y Paralímpicos. Los gemelos Zarzuela lo están haciendo ahora en la Selección española de baloncesto en silla.

Malte Braunschweig, durante una prueba.
IPC

Las familias comparten infinidad de cosas, desde aspectos más burocráticos como los apellidos a otros más científicos como el ADN. También los gustos. Para los hermanos alemanes Braunschweig, la natación ha sido un nexo de unión y los Juegos, otro. Ole, de 23 años, participó en los Olímpicos hace algunas semanas y Malte, de 21, se ha estrenado en la piscina este domingo en los 50 metros libre S9 y mañana lunes repetirá en las series de 100 metros espalda. Estos de Tokio son sus primeros Juegos Paralímpicos.

Malte nació con dismelia, una enfermedad congénita por la que sufre una malformación en el brazo derecho. Esto hizo que la natación se convirtiese en un buen aliado para su día a día, aunque su mayor estímulo para iniciarse lo tenía en casa. Su hermano mayor dio sus primeras brazadas con apenas cinco años y él le siguió con tres. A la hora de sellar su billete a los Juegos, el orden se invirtió. Malte lo consiguió primero y Ole, en el mes de abril. La federación internacional exigía un tiempo inferior a 53,85 y él nadó en 53,74 segundos, lo que casi hace infartar a la familia Braunschweig.

Su sueño se cumplió y ambos han compartido la misma piscina del Tokyo Aquatics Centre, aunque con algunas semanas de diferencia. La pandemia ha hecho que Ole no haya podido quedarse en la ciudad para dar aliento a su hermano desde la grada y seguir sus evoluciones. Malte vivió su debut internacional en el Campeonato de Europa de Dublín 2018 y en el Europeo de Madeira, conquistó un sexto lugar en los 100 m estilo libre, mientras que en espalda terminó séptimo.

Su reto es colarse en alguna final y aspirar a medalla, algo que sus padres tendrán que seguir desde la distancia. Precisamente ellos son el motor de Malte, que quiere demostrarles que todo el sacrificio hasta aquí ha merecido la pena. "Yo quería jugar al fútbol, pero mis padres no. Pensaban que nadar me iba mejor por mi discapacidad y ellos tampoco querían ir a dos lugares diferentes el fin de semana", bromeó en una entrevista a Bild, donde también destacó el papel de su hermano defendiéndole de las burlas en el colegio: "Siempre me cuidó".

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Los Zarzuela, ¡vaya par de gemelos!

La Selección española de baloncesto en silla tiene en sus filas a los hermanos Zarzuela, Alejandro y Pablo. Los gemelos ya coincidieron en los Juegos de Río 2016, donde consiguieron una medalla de plata, y ahora lo hacen en Tokio 2020. Alejandro, el mayor, sí estuvo en los de Londres 2012, en los que nuestra selección dio la campanada con un quinto puesto, después de no haber logrado clasificarse desde Atlanta 96. Pablo, el más pequeño, no pudo acudir a esa cita como consecuencia de una lesión. Apenas unos Juegos impidieron una estampa familiar irrepetible, puesto que su padre —el arquero paralímpico Juan Miguel Zarzuela— compitió en Atenas 2004 y Pekín 2008.

Ambos hermanos nacieron con espina bífida. Pablo fue el primero en iniciarse en el baloncesto en silla ("Iba caminando con mi madre por Jerez cuando un jugador, José María Buzón, me habló de este deporte y me animé a probar", explicó) y Alejandro se dejó seducir por el basket presenciando los entrenamientos de su hermano. Dos cosas fueron las que más le entraron por los ojos, que era un deporte de contacto y también, de equipo. Ellos forman el suyo propio. Tienen su campus 'Hermanos Zarzuela', diseñado para mejorar la técnica de los jugadores en silla y que puedan aspirar a ser deportistas de élite. Además, juntos han protagonizado 'Capaces', un corto encuadrado en un proyecto para dar visibilidad a las historias de algunos de nuestros paralímpicos más destacados.

Los gemelos son inseparables dentro y fuera de la cancha y, como se suele decir, una mirada les basta para saber lo que el otro está pensando. Su caso no es el único en estos Juegos de Tokio. Las brasileñas Beatriz y Débora Borges Carneiro también son gemelas y compiten en natación. Entre sí, para más inri. Aunque dejan la rivalidad sólo para la piscina. Su padre le ha dado mucha importancia a este deporte. Quiso que se labraran un futuro ahí, especialmente desde que la madre de Beatriz y Débora falleció cuando sólo tenían once años. Ambas nacieron prematuras y se las diagnosticó una discapacidad intelectual siendo niñas.

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