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JUEGOS OLÍMPICOS | KÁRATE

Sandra Sánchez: "Me he dejado el corazón y el alma"

La talaverana (39 años) salió convencida de que podría derrotar a Shimizu en la final olímpica. Decidió la nota atlética. "¡Han valido la pena todos los burpees!".

Tokio
Sandra Sánchez: "Me he dejado el corazón y el alma"
JESÚS RUBIO

La primera campeona olímpica de kárate de kata, y también la última pues desaparece de París 2024, atendió a la prensa antes de recoger la medalla. Nerviosa todavía, llorando de felicidad. "¡Quiero tenerla ya conmigo, porque voy a dormir con ella!", avisó. Cuando se le preguntó si este era el final de un largo camino no tardó en recordar que el Mundial es dentro de tres meses. Insaciable. Como todos los grandes. 

-¿Cómo está?
-¡No lo sé! Feliz, emocionada, tengo ganas de llorar, reir, gritar, saltar... ¡No me lo creo!

-Antes de salir, Jesús del Moral le dijo que podía...
-Sí, y me sentí tranquila. Confiaba tanto en el trabajo que ha hecho conmigo... Pese a los factores en contra como estar en Japón y salir de azul (el color del cinturón, con el que compitió y por lo que tuvo que mostrar su kata en primer lugar) pensé que si me dejaba el alma y el corazón lo tenían que valorar. Y eso hice.

-¿Era la final soñada?
-Sí, todo era perfecto. Una final contra Shimizu en el Budokan era lo más emocionante que se podía dar, aunque también fuese muy difícil.

-Cuando terminó, se puso a ver el kata de Shimizu. ¿Se sintió campeona?
-Creía que sí, pero alguna me vez me he llevado un chasco. Sentía que me había salido súper bien.

-Ganó gracias a una mejor nota atlética.
-Sabía que se iba a decidir por muy poco. Tenía que ser así porque una diferencia grande no hubiese sido justa ni un sentido ni en otro. ¡Todos esos burpees (ejercicio que combina la flexión con el salto) en Sierra Nevada han resultado!

-Salió con una cara tremenda de concentración.
-Me metí en mi mundo. Estaba confiadísima y cuando ya dije el nombre del kata me dejé llevar y saqué todo de dentro. Terminé el saludo y me sentía conforme, feliz. Me había dejado el alma y el corazón.

-Tenía guardado lo mejor para la final...
-Sí, tenía el kata muy entrenado. Estaba previsto. ¡Lo he hecho tantas veces! Ahora me acuerdo de los entrenamientos en altitud en Sierra Nevada cuando no podía más y Jesús (del Moral, el seleccionador) me pedía que lo repitiera una y otra vez. Ha valido la pena.