Seiko Hashimoto, presidenta del Comité Organizador de los Juegos, dejó entrever hoy que la posibilidad de celebrar la cita (23 julio-8 de agosto) a puerta cerrada es muy posible. "Puede haber una situación en la que no podamos permitir que asistan espectadores. La única forma en que podemos decir que los Juegos son un éxito es si protegemos la vida y la salud de los atletas y los japoneses", advirtió a AFP. 

La decisión sobre si habrá público local (el extranjero ya se vetó) se ha retrasado a junio.
Eso, después de anunciarse que los deportistas tendrán que superar dos test de COVID-19 96 horas antes de viajar a Japón, donde serán sometidos a test diarios de saliva. Sólo podrán comer en áreas acotadas o la habitación de la Villa, donde vivirán en modo burbuja, y tendrán que firmar un compromiso acatando las normas bajo pena de serles retirada la acreditación.

Tokio, entre tanto, permanece en estado de emergencia hasta el 11 de mayo para controlar la pandemia.