Vida extra, otra, para Mario Simón

La atracción del choque entre Real Murcia y UD Logroñés estaba en los banquillos. Los dos técnicos, Mario Simón y Albert Aguilà, se jugaban su futuro o eso se dio a entender durante toda la semana desde sus respectivos clubes. Con este resultado, el grana, Simón, logra una vida extra mientras que Aguilà queda todavía más cuestionado de lo que estaba. No es la primera vez que el entrenador murcianista logra salvar el puesto, pues no cuenta, desde su llegada la temporada pasada, con excesiva confianza de los dirigentes. A las primeras de cambio, los ojos se ponen en él. Algo difícil de entender ya que logró el ascenso en su primer año y por el momento mantiene al equipo en la zona alta de la clasificación.

Se esperaba más de la UD Logroñés. Más que tener el balón durante los primeros compases. Dominó porque el Real Murcia estaba cómodo esperando atrás una oportunidad para hacer daño. Los de Aguilà tenían el balón, pero no inquietaban la portería de Serna. Ni lo hicieron durante todo el partido. Los de Nueva Condomina, mientras, sabían que tarde o temprano tendrían su momento. Y con el paso de los minutos fueron mejorando, quitándole el balón e incluso llegando al área del oponente. En una de las escasas ocasiones, el gol. Saque de esquina que lanza Ganet, lo sacó Gonzalo con apuros y el balón cayó a los pies de Loren Burón, que mandó el esférico al fondo de la red. Sin excesivo merecimiento, el Real Murcia estaba por delante.

No le dio tiempo a la UD Logroñés a reaccionar antes del descanso. Se esperaba que lo hiciese después, pero no lo hizo en ningún momento. Balón en su poder, pero nada más. El Real Murcia, cuando podía, buscaba el segundo en acciones aisladas, pero sin acierto. La más clara fue para Burón, que se plantó ante Gonzalo y su chut lo repelió el cancerbero. En la recta final, los visitantes jugaron con un hombre menos por la expulsión de Iñaki.