Toque de atención en el Algarve

Es verdad que estamos pretemporada. Y que todo parece como que tiene menos relevancia, como si importara menos. Pero no es menos cierto que los amistosos deben servir para ir viendo una evolución de los equipos, que sirva para ir sacando conclusiones de lo que falta y del punto en el que se encuentra de su preparación. La Real Sociedad lleva dos bolos veraniegos y la realidad es que pocas conclusiones se pueden sacar de ambos, más allá de lo poco contundente que se está mostrando en tareas defensivas, y de que su entrada a los partidos está siendo deficiente. Le pasó en su primer amistoso en Irún contra Osasuna, saldado con derrota. Y se repitió el patrón en el Algarve contra el Sporting de Portugal, también cerrado con otra derrota (3-0). Así que, aunque sea pretemporada y los resultados sean lo de menos, se puede decir que recibió un primer toque de atención. Debe ponerse las pilas, porque una temporada de Champions League no perdona a nadie. Y se puede pasar del sueño a la pesadilla en un abrir y cerrar de ojos.

Conviene, eso sí, no sacar conclusiones precipitadas. Los donostiarras todavía no han jugado un amistoso con un ‘once’ que se acerque o se parezca mínimamente al que Imanol Alguacil puede poner en el estreno liguero contra el Girona. Así que paciencia, que aún queda. Y otra cosa no, pero trabajo le va a sobrar al bueno del oriotarra en Zubieta. De eso no tengan duda. En el Estadio Algarve, la Real Sociedad ya perdía 2-0 para la media hora de juego. Y eso condiciona. Sea amistoso o partido oficial. Llegaron tarde al inicio de la fiesta los donostiarras, y para cuando se quisieron dar cuenta ya habían recibido dos goles. Demasiado regalo.

Intentó Sadiq reducir diferencias, pero su taconazo lleno de sutileza se quedó en nada. Y antes del descanso Turrientes pudo marcar también de cabeza. Ambos fueron las novedades destacadas en el once de Imanol. El nigeriano, con Sorloth en Villarreal, se queda como referencia única arriba. Hay muchos ojos puestos en el fichaje más caro de la historia realista, pero viene de una lesión grave, por lo que hay que tener paciencia. Y a Turrientes le toca dar un paso adelante, sin Illarra y Guevara. Es su temporada. También aprecio Kubo, el único de los internacionales que viajó a Portugal.

Con los cambios se esperaba una Real que fuera más decidida a por el gol de la esperanza. Pero de nuevo otra concesión en defensa. Y de nuevo al poco de salir de vestuarios, a los cinco minutos del comienzo de la segunda parte. 3-0. La empresa era ya imposible. Imanol debió pensarlo, porque puso a toda la chavalería sobre el terreno de juego. Y con ellos la mejor versión de la Real. Más vale tarde que nunca. Debutó Lebarbier y repitió el juvenil Jon Martin, que dejó un ‘tackling’ digno de un veterano siendo último hombre. Y llegaron las ocasiones, de Karrikaburu y Robert Navarro, bien respondidas por Adán. Así que el marcador no se movió, y el toque de atención se consumó. Imanol sigue teniendo mucho trabajo por delante.