Solde mantiene la magia del Rico Pérez

Un espíritu mágico envuelve el Rico Pérez desde hace un tiempo. En el feudo alicantino, el Hércules se siente fuerte, casi invencible. Cuando el fútbol y las fuerzas no le dan, ahí siempre está Oriol Soldevila, su ángel de la guarda. El catalán, con un gol en el minuto 90, acabó con un Antequera que trazó el plan perfecto. Con lo que no contaba el cuadro andaluz, que mata a sus rivales por agotamiento y con miles de pases, era con la aparición de Solde. El atacante, tras un gran pase entre líneas de Mangada, se plantó solo delante de Jero. El ‘18′ blanquiazul aún tuvo tiempo de recortar y disparar para batir al meta visitante con suspense. El ídolo blanquiazul volvía a marcar, el quinto tanto en su cuenta que vuelve a colocar al Hércules en playoff y le endosa al Antequera su primera derrota.

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Torrecilla, fiel a sus hombres, solo metió una variación en el once. Javi Moreno entró en lugar de Nico. El resto, los mismos de Valdebebas. Al Hércules le costó tomarle el pulso al Antequera. Su forma hipnótica de jugar provocó que el cuadro andaluz tuviese las primeras ocasiones. Al equipo blanquiazul le costaba llegar a tiempo a la presión porque el Antequera salía desde atrás, empezando con su portero cada jugada, sin prisa. La estrategia de buscar a sus tres flechas de arriba, a la espalda de los centrales del Hércules y una vez superada la presión, casi le sale a la perfección porque Obounet se plantó solo en un mano a mano con Carlos Abad. El punta remató mal y a las manos del portero. Poco después, Fomeyem cabeceó alto un centro. El Hércules despertó a partir de ahí e intentó buscar el talento para asociarse con Aranda, Solde y Javi Moreno. La más clara del conjunto blanquiazul en el primer acto estuvo en un disparo que Coscia se encontró en el área pequeña pero que le salió muy forzado. Solde probó desde fuera a Jero, pero el portero respondió bien. El cuadro de Torrecilla terminó ajustando mejor y mandando por momentos en el partido.

La segunda parte arrancó con ritmo. Coscia remató de cabeza un centro al que le faltó potencia pero que iba dirigido a la escuadra. Jero paró fácil. Luismi, al poco, se plantó en el área pequeña y armó un disparo al que Montoro, de forma precisa, llegó a tiempo para taponar y mandar a córner. Fue un espejismo porque durante muchos minutos el Antequera monopolizó el juego en zona de nadie y muy lejos del área de Carlos Abad. El Hércules se animó a ir a por el partido cuando Torrecilla refrescó al equipo. La entrada de Artiles, Nico, Mangada y Mendes le dio otro aire al conjunto blanquiazul. Nico tuvo una ocasión clara y Solde estuvo cerca de cazar el recha de Jero. Pero el catalán no suele perdonar tanto y cuando el partido moría, se coló entre líneas para recorrer campo y disparar. En ese momento, el Rico Pérez hizo el resto, empujando el gol del catalán hacia la portería del Antequera. El estado de felicidad sigue presente en el feudo blanquiazul. Fuera de casa ya es otra cosa.

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