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EURO 2024 | SELECCIÓN

Veltins Arena: un estadio que tiene moneda propia

Los aficionados del Schalke pagan con ‘knappen’. Es un estadio con lazos. Raúl fue ídolo allí y es un campo sagrado para el sevillismo.

Donaueschingen (Alemania)Actualizado a
Imagen del Veltins Arena, en Gelsenkirchen.
INA FASSBENDERAFP

Además de ser uno de los estadios más modernos del mundo, el AufSchalke Arena de Gelsenkirchen, inaugurado en 2001, tiene un valor sentimental especial para la afición del Sevilla. El recibimiento a sus jugadores en la ida de la semifinal de la Copa de la UEFA de 2006 quedó como una de las imágenes más icónicas de la historia del club, que por entonces no había ganado ningún título europeo. Allí estaba ya, por cierto, Jesús Navas, que jugó aquel partido contra el Schalke 04. Una peña sevillista, La Colina de Gelsenkirchen, es el mejor ejemplo del legado de aquel partido en el imaginario sevillista.

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Con más conexiones con el fútbol español gracias a Raúl, Jurado, Escudero, Coke, Miranda o Pablo Insúa, el Schalke cambió de estadio coincidiendo con el arranque del siglo XXI. El Parkstadion empezó a quedarse antiguo y los arquitectos Hentrich-Petschnigg & Partners proyectaron el futuro Veltins Arena, con capacidad para unos 62.000 espectadores (poco más de 50.000 en competiciones internacionales). Un estadio futurista para aquel tiempo, con una fachada de vidrio y una cubierta retráctil, compuesta por un entramado tridimensional metálico con una piel de teflón y fibra de vidrio. Además de la cubierta, la construcción también permite la salida del césped a través de la salida sur, lo que evita que la hierba sea dañada en grandes acontecimientos.

En 2005, el Arena AufSchalke fue rebautizado como Veltins Arena gracias al acuerdo del club de los mineros con la cervecera. Un sistema de tuberías interno permite que la cerveza llegue a todos los puestos de venta del campo. El pago se realiza con knappen, una suerte de moneda artificial que únicamente es válida en las instalaciones del estadio. Un knappen equivale a un euro. El aficionado canjea el dinero para obtener una tarjeta de knappens que puede cargar hasta 150 euros y con la que consume lo que estima. Al final del evento, se carga en euros el dinero que le haya sobrado. Además de la Eurocopa, este verano espera a Taylor Swift.

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