“Vamos a por Inglaterra; el legado es ganar”

Con 28 años recién cumplidos, Rodrigo (Villanueva de la Cañada, 1996) es el jefe de la Selección de Luis de la Fuente. A tres días de la final de Berlín, se sienta con AS para hablar un rato de fútbol. Su rostro permite adivinar un futbolista seguro a pocas horas de uno de los partidos más importantes de su carrera.

Decía usted en una entrevista que Guardiola siempre le recordaba que es en los momentos de tempestad cuando más calma hay que tener. En esta Eurocopa han pasado tres: el 0-1 de Georgia, el empate de Alemania, en medio de la locura de Stuttgart; y, finalmente, el 0-1 de Francia. ¿Cómo los han gestionado?

En torneos de este estilo, que las cosas vengan siempre de cara no es bueno porque te van a llegar momentos en los que vas a necesitar arroparte y remontar una situación. Hemos vivido algunas y el equipo se ha sobrepuesto. Y eso, al final, te hace más fuerte. Ha habido momentos puntuales, cada uno con su complejidad. El día de Georgia, quizá nos metieron un gol difícil de entender, pero conseguimos tener la calma necesaria, que a veces no es sencilla. El día de Alemania nos empataron casi al final y es el típico momento en el que el local se viene arriba. El equipo demostró una madurez fuera de lo normal en la prórroga. Y contra Francia, no nos volvimos locos, y no le perdimos la cara al partido. Son momentos clave que estamos sabiendo solventar bien.

¿Cree que este año va a ser el único español en la lista del Balón de Oro?

La verdad que no me importa mucho. Me centro en ganar la Eurocopa. Ya he dicho alguna vez que prefiero que los reconocimientos individuales los juzguen otros. Yo estoy para ganar títulos colectivos.

¿Comparte que la Nations League fue un punto de inflexión para este equipo? Más que por el título en sí, por cómo se supo sufrir.

Para mí, y para el grupo, fue muy importante porque cuando ganas, desarrollas una habilidad para creer y confiar en que lo puedes seguir haciendo. Ganar la primera vez es lo más complicado en el fútbol. A partir de ahí, las cosas van rodadas. Es cierto que necesitas seguir con un proceso, con una mentalidad de solidaridad, de saber sufrir, de querer seguir mejorando. Pero ya con una base. Para nosotros fue muy importante. Y, para este torneo, estaba convencido de que íbamos a dar la talla. Luego, nunca se sabe. Las eliminatorias se deciden por detalles, pero el equipo ha demostrado madurez y se ha visto una España con la ambición de querer ganar.

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Ya le han ganado a tres campeones del mundo. Van a por el cuarto. ¿Eso es garantía de poder luchar dentro de dos años por otra estrella?

Se están yendo muy adelante. Vamos al corto plazo, que es una final que nos puede meter en la historia. Nos puede convertir en la Selección con más Eurocopas. Vamos paso a paso. Pensar en el más allá sin saber los que vamos a estar, cómo seguirá el grupo, es pensar muy lejos porque el fútbol va a una velocidad muy alta. Poco a poco, conseguir una Nations, llegar a esta final, serían dar pequeños pasitos para construir un legado. Esa es nuestra mentalidad.

No es por renegar de la mejor Selección española de la historia (2008-2012), pero las posteriores siempre habían vivido de comparaciones. ¿Lo más importante de todo es que ya tienen su propio sello?

Es que yo creo que cada grupo y cada generación es distinta. Los jugadores cambian. No tienes que seguir la misma dinámica que otra generación que fue ganadora. Tienes que aprovechar el talento que tienes, la manera que te ayuda a ganar. Hubo una época exitosa con una generación; y ahora somos otra generación distinta que quiere marcar un legado. Queremos ser recordados y lo tenemos cerca. Hemos tenido una de las mejores generaciones de la historia del fútbol. Nosotros trabajamos para volver a estar ahí, en la historia. Vamos con calma, intentando hacer las cosas de manera sólida. Aplicándonos en el hoy y en el presente.

Tiene una media de casi doce kilómetros recorridos por partido.

Me sale de forma natural. La posición de mediocentro es donde más se corre en el fútbol. Y así entiendo yo el fútbol. Sin correr, sin ese esfuerzo que te lleva al límite, es difícil ganar. Más en la posición donde juego yo. Requiere mucho sacrificio, sobre todo en la posición que ocupo yo. Es el rol principal de un pivote defensivo.

Le tocará correr otros doce el domingo.

Soy consciente. No lo pienso mucho, pero recuerdo que el día de Alemania acabé exhausto. Pero es la fórmula del éxito. No hay más misterio. Si quieres algo más, tienes que correr más que el rival. Jugar con el balón como un equipo grande; y sin balón como un equipo pequeño. Ese es el secreto.

Usted juega mucho, pero también piensa mucho. Mascherano decía hace unos años que él sufría cuando jugaba. ¿A usted le cuesta disfrutar?

Si la gente entiende el disfrutar como lo lúdico del fútbol, pues no se disfruta. Disfrutas en una pachanga de amigos porque no tienes presión y puedes hacer lo que quieras. No hay consecuencias. La presión y el sufrimiento están ahí. Pero ese esfuerzo es el que te hace disfrutar cuando obtienes resultados. En realidad, uno disfruta lo que le exige el fútbol.

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Carvajal dijo que el calendario es “inviable”. Usted lleva 62 partidos este año. ¿Algo que comentar?

Estoy de acuerdo. No sé cuántas temporadas más podremos aguantar jugadores como yo. Ya el año pasado jugué cerca de 70 partidos. El anterior, parecido. Está claro que doy el resto, llegamos a fases finales y por conseguir las cosas lo damos todos. Pero eso tiene un peaje, evidentemente, en el cansancio y la recuperación. Tenemos que cuidar a los jugadores. Estoy de acuerdo con Dani Carvajal, que aparte de jugar muchos partidos, corre mucho en cada partido. Y créanme que eso se nota. Tengo 28 años, y no sé cómo voy a verme con 34. Tenemos que tener cuidado porque chicos como Lamine que están empezando con 16 o 17 años, imagínense cuántos años le quedan del fútbol. No sé cómo acabarán.

Habla mucho en sus comparecencias de legado. ¿En su opinión hay legado sin victoria o piensa, como Luis Aragonés, que del subcampeón no se acuerda nadie?

Totalmente de acuerdo con ese pensamiento. Nosotros hemos venido a ganar; y el legado te lo da ganar. Nadie se acuerda del subcampeón, es le realidad. Aunque luego tú te vayas con la cabeza bien alta, dándolo todo y sin nada que recriminarte, perfecto. Pero el legado, en la historia y la gente, se queda en los ganadores. Así funciona el deporte. Y por eso la Selección no da una sensación de haber conseguido algo. Tenemos una alegría contenida porque hemos llegado aquí y hemos hecho las cosas muy bien. Pero queremos más. Queremos ganar; y no hemos venido aquí sólo para jugar bien o para que nos vayamos aquí diciéndonos qué bien lo habéis hecho. Hemos venido a ganar.

¿Qué hay que hacer para ganar a Inglaterra?

Los conozco bien, sé perfectamente la cultura del fútbol inglés. Tienen un equipo de mucho talento, jugadores desequilibrantes que manejan todos los aspectos del juego. Defienden bien, pueden atacarte, tienen buen balón parado. Hay que trabajar cómo hacerles daño. Nosotros tenemos nuestras armas, la seguridad de que podemos ganarles.

Southgate ha matizado el sistema. ¿Les va a condicionar el plan de partido?

Creo que lo he dicho alguna vez. No hemos jugado ningún partido de la misma manera. Una de las mejores cosas que estamos haciendo es adaptarnos a los rivales.

¿Qué inglés quitaría?

Tienen muchos. A mí me encanta Phil Foden porque lo conozco, está conmigo. Es un jugador que hay que tener muy atado porque tiene una capacidad innata de moverse en poco espacio. Pero hay muchos jugadores que te pueden hacer mucho daño. No me gusta centrarme en un jugador. Me gusta hacerme la fotografía entera de Inglaterra. Y vamos con nuestras armas, de tú a tú.

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¿Siente la tentación del comodín de la llamada para preguntarle a Guardiola?

Está claro que en el staff tienen capacidad suficiente. Tanto Luis, como Pablo (Amo), todo el cuerpo técnico. Entienden perfectamente cómo podemos hacerle daño y ganar.

Usted ha trabajado con psicólogo. Aquí está López Vallejo. ¿Qué mensaje transmite y por qué recurren a ellos en partidos así?

La psicología es, probablemente la parte más importante en el deporte. La cabeza es, para mí, la diferencia. En la vida y en el deporte. Porque la fatiga, en lo que tiene que ver con preparación física, puede ser mayor o menor, pero la cabeza mueve montañas. Y eso puede hacer que, cuando estás cansado, dar ese plus. Y estos torneos van por ahí. Si te entra la negatividad, es complicado. Tienes que transmitir positividad al colectivo. Porque tú lo puedes sentir, pero tienes también que transmitirlo. Y, a través del rol que me toca a mí, tratar de animar a la gente. Por eso vemos cada vez más que hay defensas que celebran los tackles. Porque eso contagia. Y en las finales, da mucho.

Y, psicológicamente, cuando uno está tan cerca de la meta, que hay dentro de la concentración. ¿Es ansiedad o disfrutan de esta parte del camino?

Yo creo que es muy individual. Siempre hay un pelín de ganas de que llegue el partido. Decir eso de quiero ganarla ya. Y, por otra parte, está la calma y la tranquilidad del trabajo hecho, de las cosas que se han hecho para llegar a la final. Ahora veo al equipo alegre, contento, disfrutando del momento. Es importante disfrutar del momento porque eso se refleja en el campo, pero también con ese puntillo de decir: queremos que llegue el partido, queremos hacer historia.

¿Le falta reconocimiento a este equipo?

Bueno. Ya le digo que el reconocimiento vendrá si ganamos. Y está bien, en parte, que sea así. Contagiar esa hambre ganadora, no conformarte, querer llegar a una final y ganarla para completar un ciclo. Son 40 días trabajando para esto. Es importante y estoy convencido de que sacaremos lo mejor que tenemos dentro para ganar.

¿Cómo está Lamine? Debe ser muy complicado manejar este boom con 16 años. ¿Qué trayectoria le ve?

Yo le veo una madurez que no sé si he visto alguna vez, la verdad. Y veo un potencial, un jugador… No le sabría decir el techo de Lamine. Lo sabremos en unos años. En cinco o seis años, ya veremos. En uno o dos años será de los mejores del mundo. Pero sobre todo lo veo un chico con mucha tranquilidad, con ganas de aprender. Y solidario. Para gente con ese talento y con esas virtudes, hay veces que vemos jugadores que son buenos en algo y se ciñen a eso. En Lamine veo un chico con ganas de ganar colectivamente, de ser solidario, de no creerse más. Y, con estas herramientas, tiene todo para ser de los mejores en los próximos años.

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¿Cuántos años de contrato le quedan con el City?

Me quedan tres años de contrato.

¿Le gustaría volver a España?

Intento analizar todas las decisiones que tomo, tener un criterio. Y, sobre todo, ir haciendo procesos. Estoy muy, muy contento en Inglaterra. Creo que estoy en uno de los mejores clubes del mundo, es evidente, y estoy feliz. Tengo un contrato de tres años y, cuando llegue el momento, veré. Pero lo he dicho antes con respecto al corto plazo. No me gusta o no tiene mucho sentido mirar el largo plazo. España es mi país, Madrid mi ciudad, en casa. Y bueno, cuando fui a Mánchester, me acuerdo de una conversación que tuve con mis padres en la que me decían si estaba seguro porque me iba a otro país, otra cultura. Y, al final, uno es feliz cuando está seguro de las cosas. Si vuelvo, sería con convencimiento.

¿Le incomodó jugar de central el Mundial?

No. Para mí fue una gran oportunidad para participar en un Mundial. Pero una responsabilidad muy alta. Es una posición en la que puedo jugar, pero no mucho. Me desenvolví bastante bien, pero uno tiene que pensar en el colectivo y uno tiene que ver qué es lo mejor para el colectivo. Evidentemente, prefiero jugar de pivote.

¿Qué tiene ganas de hacer cuando acabe la Eurocopa?

Puf. Tirarme en una tumbona, o en la playa, y no hacer nada.

Dice que sólo disfruta cuando juega pachangas con los amigos. ¿Ahí de qué se pone?

Me voy para arriba. De delantero, y no bajo ni una. Estoy todo el año corriendo…

Suerte…

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