Un Europeo para olvidar
La Sub-17 termina la fase de grupos con tres derrotas ante Portugal, Francia e Inglaterra. Llegó como favorita y se marcha habiendo marcado solo dos goles.
No hubo milagro ni hazaña. Tampoco hubo siquiera oportunidad para ello. Francia ganó a Portugal (1-2) en el otro partido del grupo y eso dilapidó todas las opciones de España, que tampoco fue capaz de vencer a una Inglaterra que tiene en Mikey Moore un proyecto de jugador de los que marcan época. La generación del 2007, el ojito derecho de la RFEF, se marcha del Europeo a las primeras de cambio. Tuvo mala suerte en el sorteo, es cierto, pero acabar la primera fase con tres derrotas y solo dos goles marcados queda lejos de las expectativas creadas.
La Rojita estaba obligada a ser punzante. Volvió al once Fortea, el lateral de más calidad, y se movió de banda a Sangaré, el lateral con más recorrido. Delante de ellos, dos balas, Oyono y Otorbi, y en la punta Arnu, el 9 más clásico. Un once diseñado para ser vertical por los costados. Un once con menos toque, pero más afilado. Larga por arriba, el problema fue que la sábana se quedó corta por abajo demasiado rápido. Inglaterra solo tardó 6 minutos en desinflar la euforia y la ilusión de La Rojita. Mheuka, delantero del Chelsea, controló el balón en el área, se giró y recortó con facilidad en el área a Farré, del que se esperaba mucho más durante todo el torneo, antes de fusilar a Manu González con la derecha. La meta de la Sub-17 pasó de 3 a 4 goles nada más empezar.
No era momento de cambiar el plan A y Arnu demostró rápidamente que le han faltado más minutos en este Europeo. Comenzó a jugar de espaldas, de hombre diana, y España empezó a mover el ataque a su alrededor. Pasados los 20 minutos, el del Valladolid recibió un pase interior de Fortea en la media luna y convirtió un mal control en un sombrero a su par, un regate inesperado que le facilitó acomodarse la pelota a su pierna derecha y mandarla a la escuadra. El zapatazo devolvió a los chicos de La Rojita el ímpetu y la fe, pero solo duró unos minutos y al descanso se llegó defendiendo en el área las acometidas de una Inglaterra que también se jugaba el pase. En esos minutos y al comienzo de la segunda parte, Manu González, una vez más, mantuvo a España con la poca vida que le quedaba.
Con el paso de los minutos y la entrada de Guille Fernández, España fue metiendo a Inglaterra en su área, pero el reloj corría en contra cada vez más rápido. Arnu, Fortea (que acabó expulsado) y Otorbi, los mejores de la Selección, nunca perdieron la fe y su constancia fue digna de alabar, pero llegó un momento en el que las dudas y los nervios pasaron demasiadas facturas. España acabó en la lona cuando Mikey Moore colocó la pelota con una rosca en el ángulo y metía a Inglaterra en cuartos de final. La puntilla la puso Nwaneri, la joya del Arsenal que debutó en la Premier esta temporada bajo las órdenes de Arteta en el 85′. No era el día. Ni el torneo. Pero habrá más. El camino para estos chicos solo acaba de empezar.
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