Un desafío con historia

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El estadio De Kuip tiene aroma a buen fútbol. Bien lo sabe Ronald Koeman, que ha jugado muchas veces allí, bastantes de ellas abucheado al vestir camisetas rivales y algunas aclamado por el aplauso de esos hinchas oranjes que tiñen de naranja cada grada que pisan. Allí, junto al Mar del Norte, se sitúa el nuevo reto de la Selección española, que persigue la excelencia tras los títulos de la Nations League 2023 y la Eurocopa 2024. La historia, como al pertiguista Duplantis, le tiene preparado un nuevo listón: Holanda es uno de los tres rivales europeos (junto a la Unión Soviética/Rusia y Suecia) a los que España no ha sido capaz de ganar a domicilio en toda su historia. Es hora de quemar esa estadística como si fuera un ninot.

Hace 42 años (16-11-1983), ahí es nada, Koeman también paseaba por ese estadio con un león cosido en el pecho y España como rival. Entonces era un chaval de 20 años que trataba de hacerse hueco en el centro del campo de una selección venida a menos tras la década de los setenta en que se convirtió en la favorita de los niños de medio mundo. Ronald fue titular y aquella Holanda batió por 2-1 a la España que dirigía Miguel Muñoz. Lo bueno de la hemeroteca es que te permite viajar sin gastar siquiera el abono transporte, así que basta con echar un vistazo a los periódicos de aquellos días para ver la importancia del partido. “España se lo juega todo”, tituló AS en la previa. Tras la derrota, la frase de la portada era elocuente: “Adiós, Eurocopa”. Elocuente, aunque errada, porque el 2-1 obligaba a una goleada sideral a Malta... y ya saben lo que pasó un mes más tarde, aquel 12-1 y el inolvidable gallo de José Ángel de la Casa al narrar el gol de Señor.

Pero aterricemos de nuevo en De Kuip y en 2025. España afronta la ida de los cuartos de final de la Nations League, en la que defiende el título conquistado hace dos años también en Róterdam, entonces con Croacia como rival. El próximo domingo aguarda la vuelta en Mestalla, pero no conviene dejar los deberes para mañana, tampoco en el fútbol. “Nosotros miramos, ya que está de moda, partido a partido. Lo hacemos con la misma mentalidad, ganar siempre. Es un partido durísimo. Es casi una final de una Eurocopa”, avisa De la Fuente, obligado a rehacer la convocatoria ante la plaga de bajas que dejó el fin de semana. El primer lesionado fue Iñigo Martínez, sustituido por Dean Huijsen, quien seguramente hará horas extra en el viaje a Holanda por tener la doble nacionalidad española y neerlandesa; hasta para pedir la sal en el hotel de concentración van a recurrir a él sus compañeros de La Roja. Esa espiga de 1,98 que está en el radar del Real Madrid tras su gran temporada en el Bournemouth de Andoni Iraola.

Huijsen y Asencio, caras nuevas

De la lista inicial del seleccionador también se cayeron Casadó, que sufrió la rotura parcial del ligamento lateral externo de la rodilla derecha en el Metropolitano y a quien releva Aleix García; y Bryan Zaragoza, con problemas musculares y a quien De la Fuente no ha buscado sustituto. Pero con Huijsen no se cierra la lista de caras nuevas, pues ahí está Asencio, que tras solo cuatro meses en el fútbol profesional ha dado el salto a la Absoluta sin haber pasado antes por las selecciones inferiores.

Huijsen y Asencio se suman a una defensa en la que Le Normand y Cubarsí apuntan a titulares en un partido en el que no solo habrá que batir a Verbruggen sino también a la historia. Los cinco duelos en territorio neerlandés dejan un balance de cuatro derrotas y un empate para La Roja. La lista se abrió con un amistoso disputado en Ámsterdam en 1973 (3-2) y se cierra con el empate a uno en ese mismo lugar en 2020. Koeman tiene ante sí el reto de devolver a Holanda al primer plano internacional y promete batalla. Cuenta para ello con un jugador llamado a marcar el ritmo de la Oranje pero al que las lesiones y su irregularidad le pasan factura. Hablamos de Frenkie de Jong, que vive su momento dulce en el Barça más allá de la indisposición que le impidió jugar ante el Atlético. Arriba, Memphis Depay protagoniza el gran regreso gracias a la gasolina extra que a sus 31 años ha encontrado tan lejos de la vieja Europa, nada más y nada menos que en el Corinthians brasileño.

Ellos son dos de los peligros a los que debe hacer frente esta noche la pizarra de Luis de la Fuente, quien debe decidir si vuelve a apostar por David Raya bajo palos o se decanta por Unai Simón, ausente en los últimos compromisos por una lesión. Bandas british para Porro y Cucurella y manija para Zubimendi, con un atracón de kilómetros por su papel estelar en la Selección y los compromisos con la Real Sociedad en Liga, Copa y Europa League. Lo que parece claro es que De la Fuente no renunciará en ataque al doble turbo que alimenta los sueños de la actual España. Nico y Lamine o Lamine y Nico, convertidos en trending topic no solo en nuestro fútbol sino en el que se disfruta hoy día en los televisores de medio planeta. Eso también es Marca España. De la buena. De la mejor.

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