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NATIONS LEAGUE I ESPAÑA - DINAMARCA

Un bálsamo rojo

España venció a Dinamarca en su primer partido oficial y luego ha vivido episodios memorables contra los nórdicos a lo largo de la historia.

Emilio Butragueño, tras anotar un gol a Dinamarca en Querétaro.
Getty Images

Bestia negra (o roja) de Dinamarca, la Selección española ha sido muy feliz durante toda su historia contra el equipo nórdico. Y desde el principio. Curiosamente, los daneses fueron los primeros rivales oficiales de España, en los Juegos Olímpicos de 1920. Aquel 28 de agosto en Amberes (Bélgica), una Roja debutante venció gracias al gol de Patricio Arabolaza y con una actuación magistral bajo los tres palos del Divino Ricardo Zamora. Tardarían 56 años en volver a verse la caras ambas selecciones, en la clasificación para la Eurocopa 1976. Los españoles ganarían ambos enfrentamientos (1-2 y 2-0), preludio del montón de episodios afortunados que depararían ante la Dinamita Roja.

La tanda de semifinales en Francia 1984

El 24 de junio de 1984 España lograba ante Dinamarca la clasificación para la final de un gran torneo, la Eurocopa de Francia, 20 años después de su última aparición por esa última ronda. Un encuentro vibrante que finalmente se decidió en la tanda de penaltis, donde España se impuso por 4-5. La selección que entrenaba Miguel Muñoz convirtió sus 5 penas máximas (Santillana, Señor, Urquiaga, Víctor y Sarabia), mientras que los daneses anotaban 4 (Brylle, Jesper Olsen, Michael Laudrup y Lerby) y sufrían el fallo final de Elkjaer Larsen. Dinamarca se adelantó en el marcador en el minuto 6 gracias a un gol de Lerby, y un inspiradísimo Arconada salvó al cuadro español de una derrota segura. Antonio Maceda igualó el partido en el 67′. Tras la prórroga, donde los daneses se quedaron con un jugador menos por la expulsión de Klaus Berggreen, el partido finalizó con el mismo 1-1. Los penaltis sonrieron a España, que jugó y perdió días después la final contra Francia.

El póker de Butragueño que ‘inauguró’ La Cibeles

Mundial de México, 18 de junio de 1986. Dos años después, en la siguiente fase final de un gran torneo, España y Dinamarca se encontraban de nuevo, esta vez en octavos de final pero con mucho menor suspense que en la Euro. Cuatro goles de Emilio Butragueño para un 5-1 final en Querétaro convirtieron en héroe al mito del Real Madrid e inauguraron La Cibeles como lugar de celebraciones futbolísticas, primero con la Selección y luego para el club de Chamartín Los daneses parecían temibles antes del envite: venían de ganar sus tres partidos del grupo a Alemania, Uruguay y Escocia, con nueve goles a favor y uno en contra, y tenían a Michael Laudrup y Elkjaer Larsen en plenitud. El rival se adelantó en el marcador, de hecho, y El Buitre no empató hasta el minuto 43 de la primera mitad. Luego, tras el descanso, el delantero madridista se desataría con tres goles más, uno de ellos de penalti, además de otra pena máxima que convirtió Andoni Goikoetxea. La proximidad de unas Elecciones Generales provocó que en la noche madrileña se cantara: “¡Oa, oa, oa, el Buitre a La Moncloa!” y “¡Se siente, se siente, el Buitre presidente!”.

A EE UU-94 en el debut triunfal de Cañizares

Aquella noche sevillana en el Ramón Sánchez Pizjuán, el 17 de noviembre de 1993, España necesitaba ganar a Dinamarca, vigente campeón europeo, para no quedarse fuera del Mundial de Estados Unidos 1994. La cosa se torció muchísimo cuando Andoni Zubizarreta era expulsado en el minuto 10. Un joven Santi Cañizares (23 años) debutaba como portero de la Roja en el escenario más complicado posible y se consagraba a las primeras de cambio. Su actuación, recordada sobre todo por una magnífica parada a chilena de Christiansen, mantuvo a cero la portería española y el gol de cabeza de Fernando Hierro haría el resto.

La noche que nació el tiqui-taca

El 13 de octubre de 2007, la España de Luis Aragonés que luego ganaría (también con Del Bosque) dos Eurocopas y un Mundial al hilo se jugaba en Aarhus el pase a Austria y Suiza 2008. Aquella noche, los futbolistas de la Roja ganarían el partido (1-3) gracias entre otras cosas a un gol convertido en obra de arte en el que muchos ven el verdadero nacimiento del tiqui-taca, ese estilo de juego que dominó el fútbol mundial durante más de un lustro. 28 pases y 65 toques para que Sergio Ramos acabara picándola por encima del portero. Un tanto antológico que precedió a la todavía mejor Selección española de la historia.

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