Luis Enrique tiene dos ases
El bolo de Amán, terminología más que adecuada para referirse a un amistoso con todas las letras, sirvió al menos para verificar que algo muy bueno se puede cocer entre Marco Asensio y Ansu Fati. Aunque en teoría la línea ofensiva tiene a Ferran, Morata y Dani Olmo como máximos aspirantes, incluso al propio Sarabia, Luis Enrique se guarda dos ases en la manga muy singulares. Posiblemente, sean los dos jugadores más distintos e imprevisibles en lo bueno y en lo malo. La sintonía ofrecida entre ambos, con Asensio de nueve hasta que se retrasó como interior y Ansu partiendo desde la izquierda, abrió un horizonte esperanzador por cómo se complementaron. Los apoyos y diagonales del madridista, originados con buenos movimientos entre líneas, coinciden con las apariciones en el lado débil del barcelonista. Si España logra generar superioridades en la derecha, Ansu será un filón en la izquierda. Ante la debilidad de Jordania quedó constatado y supuso un motivo ilusionante que potencia muy a las claras las posibilidades ofensivas de España en Qatar. Y Nico Williams en la recámara, afinado con España.
Lo hizo en un partido de dudoso bagaje competitivo. España no quiso meter mucho el pie y redujo sobradamente su nivel de tensión. No es lógico que Jordania le creara algunas de las situaciones de peligro que armó y el gol final. Ninguna novedad, por otro lado. La única explicación plausible se debe a una tranquilidad excesiva y al miedo a quedar apeado del Mundial por cualquier percance. Solo Gavi, que no entiende de amistosos, adoptó una postura diferente bajo su hiperactividad habitual. España se aproxima a Qatar cumpliendo los mínimos objetivos que rodeaban al partido. Con Asensio y Ansu en buena lid para agradecer la confianza de Luis Enrique. Forman parte del bloque.
Espera abierto
Soler viene a recibir, descarga para Asensio y el balear inicia la conducción que desmantela el cuartel defensivo de Jordania. Ansu espera paciente en el lado débil para atacar el área en el momento oportuno.