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CASO RUBIALES

Los mensajes y coacciones que recibió Jenni Hermoso tras el beso de Rubiales

La Fiscalía enumera los mensajes, coacciones y amenazas que recibió Jenni Hermoso por parte de miembros de la RFEF para que declarara que el beso fue consentido.

GRAFCAT5418. TERRASSA (BARCELONA), 24/10/2023.- El director de la selección masculina de fútbol, Albert Luque (i), a su llegada a los juzgados de Terrassa (Barcelona) desde donde este martes declara por vídeoconferencia ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por el beso a Jenni Hermoso. EFE/Enric Fontcuberta
Enric FontcubertaEFE

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido condenar a 2 años y 6 meses de cárcel al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso no consentido y las presuntas coacciones posteriores a la jugadora de la selección femenina Jennifer Hermoso. En su escrito de acusación, el Ministerio Público solicita imponer a Rubiales 1 año de prisión por un delito de agresión sexual así como 1 año y 6 meses por un delito de coacciones en concepto de autor. La Fiscalía, además, también pide a la Audiencia Nacional que condene a 1 año y 6 meses de cárcel por un delito de coacciones al actual Director de la selección española, Albert Luque, al exseleccionador femenino Jorge Vilda, y al responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera.

Mensajes y coacciones

A partir del hecho (el beso no consentido), “y ante las consecuencias personales y profesionales que le podían acarrear, Rubiales, por sí mismo y en connivencia con el resto de los acusados, comenzaron a ejercer actos constantes y reiterados de presión directamente sobre la jugadora y a través de su familia y amistades con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio”.

La Fiscalía asegura que Hermoso sufrió “una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente”. El escrito incide en que “en un momento inmediatamente posterior a la entrega de medallas a las jugadoras de la selección, Rubiales requirió a Ana Álvarez, directora de Fútbol Femenino de la RFEF, que entrase a los vestuarios y mandara salir a Hermoso porque quería hablar con ella, accediendo Jennifer al requerimiento”. “En este primer momento Rubiales ya instó a la jugadora para que llevara a cabo una declaración pública acerca de la aceptación por su parte del beso recibido, con la que ella no estaba de acuerdo y que no tenía obligación alguna de hacer”, explica la Fiscalía.

Poco después, “cuando la jugadora viajaba en autobús que conducía a la delegación española de fútbol camino del aeropuerto de vuelta a España, se le obligó a bajar precipitadamente del mismo para que suscribiera una nota de prensa redactada por el equipo de comunicación de la RFEF por orden de Rubiales y en la que Hermoso no había tenido ninguna intervención y cuyo contenido no compartía”. A pesar de eso, añade el escrito, “fue remitida a los medios de comunicación”.

Presiones en el avión

Ya en el vuelo de regreso de Australia a España, con escala en Doha (Qatar), Rubiales se habría dirigido de nuevo a la jugadora “para que accediese a hacer una manifestación pública conjunta de ambos cuando llegaran a dicha escala, afirmando que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó una vez más, expresando su hartazgo y malestar al acusado por las presiones ejercidas por este”.

“Ante la negativa reiterada de Hermoso de acceder a sus pretensiones, Rubiales, tras diversas conversaciones con su equipo de confianza, del que formaba parte Jorge Vilda, decidieron utilizar otra vía para conseguir lo pretendido, consistente en seguir presionando a Hermoso, esta vez utilizando a los familiares de esta que viajaban en el mismo vuelo”, continúa el escrito de la Fiscalía.

El entonces seleccionador “se acercó en varias ocasiones a los asientos donde viajaban los familiares de la jugadora hasta que consiguió hablar con Rafael Hermoso, hermano de Jennifer”, tratando de “ganarse su confianza alabando las virtudes deportivas de la jugadora”.

Sin embargo, la Fiscalía asegura que “el único fin” era “que Rafael convenciera a su hermana para que realizara la manifestación pública pretendida por los acusados”. “Ante la reticencia de este de ceder a su petición, le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, ello tendría consecuencias negativas para ella, tanto en lo personal como en su carrera profesional como futbolista”, añade.

Coacciones en Ibiza

El escrito continúa recordando lo ocurrido entre los días 22 y 25 de agosto de 2023 en Ibiza, en el viaje en que la Selección femenina festejó la consecución del Mundial. Rivera, responsable de Marketing de la RFEF, “acudió a dicha localidad e insistió, de manera reiterada y persistente, a Hermoso para que hablase por teléfono con el responsable de Integridad”.

La jugadora “manifestó reiteradamente a Rivera que no quería acceder a sus pretensiones y que la dejaran en paz”. Con todo, éste insistió además en que debía participar en el vídeo exculpando a Rubiales, “haciendo extensivo el hostigamiento” a la jugadora a través de una amiga suya.

Luque a Jenni Hermoso: “Mala persona”

“A pesar de la clara negativa de Hermoso, con expresión de su hartazgo, Rivera persistió en su conducta, directamente respecto de Hermoso e indirectamente a través de Ana Ecube para que hablase con Albert Luque, que pretendía, de acuerdo con Rubiales, y valiéndose de su buena relación personal con la jugadora, doblegar la voluntad de Jennifer”, incide el escrito de acusación. Con todo, y al no conseguir lo pretendido, Albert Luque se desplazó a Ibiza --según Rubiales-- “para conseguir con su presencia que participara en el pretendido video, personándose en el hotel donde se alojaba la jugadora y su amiga e intentando obligar a Jennifer a hablar con él, a lo que ella se negó”.

Luque insistió por medio de WhatsApp personalmente a Hermoso y a través de su amiga para que Jennifer hablase con él. “Finalmente, ante la rotunda negativa recibida, Luque envió varios mensajes de WhatsApp a la amiga de Jennifer expresando su enfado, haciendo alusión a que a la jugadora, por su edad, le quedaban dos años de carrera y que si en este momento le ayudaba seguramente le podría conseguir un puesto en la Federación”, señala la Fiscalía.

En ese punto, Luque habría acusado a la jugadora de ser “mala persona, deseándole” que se quedara “muy sola en la vida y anunciándole que se alegraría” si eso llegase a suceder.

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